(InfoCatólica) En esta ocasión el Papa no ha elegido para el cardenalato a un arzobispo de EE.UU. El elegido ha sido el obispo de San Diego, a quien todos los analistas especializados en asuntos eclesiales señalan como uno de los prelados más a la izquierda ideológica del episcopado estadounidense.
En febrero del 2021, Mons. Robert McElroy dijo que tras la toma de posesión de Joe Biden como el segundo presidente católico en la historia de Estados Unidos, «algunos obispos quieren reformular la presencia y el tono de la conferencia episcopal en el ámbito público». Estos obispos, dijo, «argumentan que el aborto no es simplemente un tema 'preeminente' en la Doctrina Social Católica, sino que más bien constituye la prueba de fuego de facto para determinar si un funcionario público católico es un católico fiel y para determinar si las políticas generales de los no católicos pueden considerarse moralmente legítimas». Y sentenció:
«Si se adopta, tal posición reducirá el bien común a un solo tema».
El cardenal electo aseguró entonces que el papa Francisco «ha colocado el encuentro, el diálogo, la honestidad y la colaboración en el centro de su enfoque de la conversación pública», y es «poco probable que respalde» acciones punitivas como negar la comunión a Biden por su defensa pública del aborto.
Ya antes, en la Plenaria de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos de noviembre del 2019, dijo ante el resto de obispos de su país: «No es una enseñanza católica que el aborto sea el problema preeminente al que nos enfrentamos en el mundo de la enseñanza social católica. No lo es», dijo McElroy, y agregó que enseñar lo contrario supondría «un grave perjuicio» a los fieles.
Llegó a decir que el uso de la palabra «preeminente» antes de mencionar el aborto «es una declaración que creo que es al menos discordante con las enseñanzas del Papa, e incluso inconsistente», y se declaró que «se utilizará para, de hecho, socavar lo que el Papa Francisco está señalando».
Es evidente que el hecho de que el Papa le haya elegido para ser cardenal lanza un mensaje a los obispos de EE.UU. Mensaje, por otra parte, contrario al Magisterio de Benedicto XVI sobre esta materia, tal y como lo expuso en el punto 83 la exhortación apostólica Sacramentum caritatis:
83. Es importante notar lo que los Padres sinodales han denominado coherencia eucarística, a la cual está llamada objetivamente nuestra vida. En efecto, el culto agradable a Dios nunca es un acto meramente privado, sin consecuencias en nuestras relaciones sociales: al contrario, exige el testimonio público de la propia fe. Obviamente, esto vale para todos los bautizados, pero tiene una importancia particular para quienes, por la posición social o política que ocupan, han de tomar decisiones sobre valores fundamentales, como el respeto y la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural, la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, la libertad de educación de los hijos y la promoción del bien común en todas sus formas. Estos valores no son negociables. Así pues, los políticos y los legisladores católicos, conscientes de su grave responsabilidad social, deben sentirse particularmente interpelados por su conciencia, rectamente formada, para presentar y apoyar leyes inspiradas en los valores fundados en la naturaleza humana- Esto tiene además una relación objetiva con la Eucaristía (cf. 1 Co 11,27-29). Los Obispos han de llamar constantemente la atención sobre estos valores. Ello es parte de su responsabilidad para con la grey que se les ha confiado.
Habrá qué ver cómo se toman la decisión del Pontífice todos los obispos que, siguiendo los pasos de Mons. Salvatore Cordileone, arzobispo de San Francisco, han prohibido o apoyado la prohibición de comulgar a Nancy Pelosi, tan proabortista o más que Joe Biden.