(Kath/LSN/InfoCatólica) El propósito del «Ritual Satánico del Aborto» es descartar cualquier noción de culpa, vergüenza y malestar mental que una paciente pueda experimentar durante un «aborto legal y médicamente seguro». El ritual consiste en un aborto farmacológico o quirúrgico después de recitar el tercer y quinto principio de la TST.
El tercer principio es que el cuerpo sólo está sujeto a la propia voluntad y el quinto exige una orientación de las convicciones propias a la «mejor comprensión científica del mundo», lo cual no deja de ser una farsa dada la realidad biológica del niño por nacer antes de un aborto.
En opinión de TST, el comienzo de la vida es «absolutamente una opinión religiosa, y el Estado no tiene derecho a prescribir creencias religiosas».
La organización se opone a cualquier normativa que impida el acceso inmediato al aborto, incluidos los periodos de espera entre el examen y el aborto o el asesoramiento obligatorio. Estas medidas, dicen, sólo implican que las mujeres se sientan culpables. Algo parecido debe de pensar la Ministra de Igualdad del gobierno social-comunista de España, Irene Montero, que en la nueva ley del aborto ha incluido la supresión del tiempo de espera y todo asesoramiento antes de abortar
El Templo Satánico fue fundado en 2013. A pesar de su nombre y del uso de símbolos satánicos como el «Baphomet», la organización rechaza la idea de Satán como persona. Satanás es para ellos un «símbolo de la eterna rebelión contra la autoridad arbitraria y la defensa de la soberanía personal». La TST rechaza fundamentalmente la noción de una realidad sobrenatural. A pesar de ello, TST recibió el reconocimiento federal en EE.UU como organización religiosa en 2019. Las creencias religiosas no están ligadas a lo sobrenatural, afirma la organización.