(UCANews/InfoCatólica) Después de que la asistencia obligatoria de los fieles a la Santa Misa cada domingo fuera suspendida por causa de la pandemia de COVID-19, ha sido restablecida por el arzobispo de Monterrey, monseñor Rogelio Cabrera López, anunciándolo mediante un comunicado emitido el 13 de mayo del año en curso.
En el comunicado, monseñor Rogelio Cabrera, quien es también presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), explicó: «hace un poco más de dos años, considerando la situación de pandemia y el riesgo que implicaba, buscando salvaguardar el bienestar de todos los fieles, concedí a todos los fieles, habiendo escuchado a mi Consejo Episcopal, la dispensa del precepto dominical».
Menciona que la decisión fue tomada «con la finalidad de que pudiéramos cuidar nuestra salud como don de Dios».
«Ahora, bendito sea Dios, con el compromiso de todos y la lucha de tantos hombres y mujeres del sector salud y de otros sectores fundamentales a quienes reconocemos y agradecemos su labor, la situación ha cambiado y es tiempo de retomar nuestras obligaciones como fieles cristianos a fin de continuar fortaleciéndonos como comunidad», continúa.
También aclaró que decidió «retirar dicha dispensa, de manera que queda vigente lo dispuesto en el canon 1247: el domingo y las demás fiestas de precepto los fieles tienen obligación de participar de manera presencial en la Misa», teniendo en cuenta la constante disminución de casos de COVID-19 en México.
Asimismo, el comunicado se ha publicado después de que las autoridades del estado hayan determinado el uso opcional de mascarilla «en todos los lugares abiertos y cerrados».
Monseñor Cabrera destaca que, a pesar de ello, «aún debemos ser prudentes y no bajar la guardia en nuestra lucha contra el COVID-19», y «sabiendo que algunos fieles se encuentran en situaciones de especial vulnerabilidad ante esta enfermedad, la dispensa del precepto dominical continuará vigente para aquellas personas que tienen alguna enfermedad o situación que los hace especialmente vulnerables ante la enfermedad».
Del mismo modo, explica que la dispensa también aplica para «quienes, en conciencia y delante de Dios, consideran que aún es muy riesgoso para ellos o su familia participar en la Santa Misa. A todos ellos los exhorto a seguir la Santa Misa en las transmisiones que se realizan por internet o televisión, o al menos leer y meditar el Evangelio de cada domingo».
Añade que, durante las celebraciones, los sacerdotes mantendrán su uso de cubrebocas, así como los diáconos y ministros.
«Durante la homilía, siempre y cuando los fieles estén al menos a dos metros de distancia, si lo ve oportuno, el sacerdote o diácono podrán retirarse el cubrebocas», agrega.
«Por el momento, la comunión seguirá administrándose a los fieles, sin excepción, en la mano, debiendo consumirla frente al ministro que se la ha administrado antes de volver a su lugar».
Y aclara: «Si bien las autoridades han retirado la obligación de usar cubrebocas en las iglesias, los exhorto a seguir cuidando su salud. Así, sin que sea obligación, es conveniente que durante la Santa Misa y las diversas actividades de evangelización u obras de caridad continuemos utilizándolo por el bien de todos. Será responsabilidad personal la decisión de usar o no el cubrebocas y las consecuencias que esto acarre para la salud».
El arzobispo de Monterrey finaliza su comunicado incentivando a los fieles a no bajar la guardia con «la desinfección de nuestras manos y la cortesía al estornudar o hablar con las otras personas».