(Asia News/InfoCatólica) «Empezaron a incendiar las casas a las 2 de la tarde. Al día siguiente volvieron a quemar el pueblo a las 6 de la mañana y sobre las 7 se fueron», indicó el maestro.
Más de 20 casas fueron destruidas, junto con una oficina que servía de biblioteca pública. «Las casas y las propiedades se convirtieron en cenizas ante los ojos de la gente en pocas horas. La gente se escondió para no ser dañada». También se perdieron varios víveres, entre ellos 500 cestas de arroz, así como un molino y una prensa de paja.
«Cuando los habitantes volvieron a sus casas, se dieron cuenta de que se habían quedado sin un lugar donde dormir». Varias personas se refugiaron en casas de familiares vecinos o fueron trasladadas a comunidades cristianas de acogida.
Chan Thar es un pueblo totalmente católico. En el último año ya ha sido objetivo del ejército en cuatro ocasiones. Los soldados «siempre se llevaban lo que querían y mataban a gente inocente», explica el maestro del pueblo. En los últimos meses, las fuerzas armadas destruyeron la iglesia y detuvieron a un párroco, junto con otros ocho jóvenes sacerdotes de la diócesis de Mandalay. Sólo fueron liberados tras largas negociaciones.
Chan Thar es también el lugar de nacimiento del arzobispo Alphonse U Than Aung, y a lo largo de los años ha proporcionado a la diócesis muchas monjas y educadores. Antes del golpe de Estado y de la guerra civil, el pueblo tenía 1.300 habitantes y 277 casas.
La noticia del ataque sólo se filtró cuando se restablecieron las líneas de Internet.