(CNA/InfoCatólica) Un obispo emérito de Texas ha hecho un llamamiento a sus compañeros obispos para que actúen después de que el presupuesto propuesto por el presidente Biden para 2023 eliminara las protecciones que prohíben la financiación federal del aborto.
«Si el aborto es realmente la cuestión de vida preeminente, como decimos los obispos, entonces debemos hacer responsable al presidente Biden de su extremismo pro-aborto, llamando a Biden de una manera pastoral adecuada, por sus políticas pro-aborto anticatólicas», escribió el obispo Michael D. Pfeifer, O.M.I., obispo emérito de San Angelo, en una respuesta al presupuesto propuesto por la administración Biden para 2023, que no incluye la Enmienda Hyde.
Introducida por primera vez en 1976, la otrora bipartidista Enmienda Hyde prohíbe que se destinen fondos federales al aborto, con las excepciones de violación, incesto o para salvar la vida de la madre. La disposición o cláusula presupuestaria, aprobada anualmente por el Congreso, afecta en gran medida a los beneficiarios de Medicaid.
Un número cada vez mayor de demócratas ha pedido que se ponga fin a la Enmienda Hyde, a pesar de que las encuestas siguen revelando que la mayoría de los estadounidenses se oponen al uso del dinero de los contribuyentes para pagar el aborto. Después de décadas de apoyo a Hyde, Biden, el segundo presidente católico de la historia de EE.UU., cambió su posición mientras se presentaba a las elecciones. Biden no había incluido la Enmienda Hyde en su solicitud de presupuesto para 2022, una medida condenada por los obispos estadounidenses.
En su declaración del 22 de abril, Pfeifer, que fue obispo de San Angelo de 1985 a 2013, señaló (y las estimaciones provida lo confirman) que Hyde ha salvado del aborto a unos 2,5 millones de bebés.
«Los obispos tenemos que hablar y actuar con más fuerza en defensa de toda la vida humana, pero especialmente de la vida del niño no nacido en el vientre materno», dijo Pfeifer. «Esto requiere un diálogo y un compromiso más eficaz con todos los funcionarios públicos, especialmente con los funcionarios públicos católicos».
Expresó su esperanza de que el presidente pueda cambiar de rumbo.
«Espero que esta declaración inspire a nuestro presidente y a su administración a no financiar el terrible mal del aborto en el presupuesto previsto para 2023», dijo Pfeifer a CNA. «Y, espero que mis comentarios sobre cómo se tomó la decisión sobre el caso Roe v. Wade, conduzcan ahora a que esta decisión sea revocada».
En su declaración, Pfeifer animó al Tribunal Supremo a anular su decisión de 1973 en el caso Roe v. Wade, que legalizó el aborto en todo el país, cuando decida el caso Dobbs v. Jackson Women's Health Organization a finales de este año.
«Tenemos que recordar y actuar a partir de lo que el Tribunal Supremo admitió en el caso Roe v. Wade: “si ... se establece la condición de persona (para el no nacido) el caso del apelante, por supuesto, se derrumba porque el derecho del feto a la vida está entonces garantizado por la 14ª Enmienda”», escribió Pfeifer, citando la decisión.
Además, Pfeifer destacó una de las formas en que los obispos trabajan por una cultura de la vida: Caminando con las madres necesitadas, un programa de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, anima a los católicos a apoyar y «caminar en los zapatos» de las mujeres locales embarazadas y con hijos en situaciones difíciles.
Los obispos, dijo, «tienen que decir claramente que exhortamos a nuestro presidente y a los legisladores, a todas las personas, a que den prioridad al bienestar de las mujeres, los niños y las familias, tanto con recursos materiales como con acompañamiento personal, para que ninguna mujer se sienta nunca obligada a elegir entre su futuro o la vida de su hijo».
Instó al gobierno de Biden a financiar solo programas y aprobar políticas que reconozcan la dignidad y la santidad de la vida humana.
«La financiación del aborto por parte de los contribuyentes representa un grave fracaso a la hora de servir a las mujeres en su maternidad, al financiar la desesperación y la muerte en lugar de la esperanza y la vida», escribió.
Citó al Papa Francisco calificando el aborto de asesinato, y citó el llamamiento del pontífice en 2019 a los políticos «para que traten la defensa de la vida de los que están por nacer y entrar en la sociedad como la piedra angular del bien común».
La enseñanza de la Iglesia sobre el aborto
La Iglesia Católica condena el aborto en los términos más enérgicos posibles. «La vida humana debe ser respetada y protegida absolutamente desde el momento de la concepción», dice el catecismo. «Desde el primer momento de su existencia, al ser humano se le deben reconocer los derechos de la persona, entre los que se encuentra el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida».
Al mismo tiempo, la Iglesia hace hincapié en la misericordia y el perdón para las mujeres que han abortado.
«La Iglesia no pretende con ello restringir el alcance de la misericordia», dice el catecismo, sino que «pone de manifiesto la gravedad del crimen cometido, el daño irreparable que se hace al inocente al que se da muerte, así como a los padres y a toda la sociedad».
En su encíclica Evangelium Vitae de 1995, que Pfeifer cita, San Juan Pablo II abordó el aborto a la luz de la política.
«Repito una vez más que una ley que viola el derecho natural a la vida de una persona inocente es injusta y, como tal, no es válida como ley», escribió. «Por este motivo, vuelvo a hacer un llamamiento urgente a todos los responsables políticos para que no aprueben leyes que, al desconocer la dignidad de la persona, socavan el tejido social».
La «Iglesia anima a los responsables políticos, empezando por los cristianos, a no ceder, sino a tomar aquellas opciones que, teniendo en cuenta lo que es realista, lleven a restablecer un orden justo en la defensa y promoción del valor de la vida», añadió.