(InfoCatólica) Bätzing envió su respuesta al arzobispo de Denver, Samuel Aquila, que es uno de los que firmó la carta a la que se van uniendo más obispos de otras partes del mundo, aunque todavía ninguno de España.
El presidente del episcopado alemán reprocha a los firmantes que no mencionen en su carta las razones por las que se convocó la asamblea sinodal alemana:
«El Camino Sinodal es nuestro intento en Alemania de afrontar las causas sistémicas de los abusos y su encubrimiento, que han causado un sufrimiento indecible a tantas personas en la Iglesia y a través de la Iglesia. Al mismo tiempo, esto ha oscurecido el testimonio de la Iglesia. Por ello, el Camino Sinodal es también nuestro intento de hacer posible de nuevo un anuncio creíble de la Buena Noticia. Esta ocasión y este contexto son especialmente importantes para nosotros, pero lamentablemente no se mencionan en absoluto en su carta. Sin embargo, me sorprendería mucho que usted y los firmantes de la Carta Abierta no vieran la importancia de la necesidad de enfrentarse a la cuestión de los abusos como iglesia y de sacar consecuencias de ello también para la iglesia y sus estructuras. En este contexto, desgraciadamente, también hay que hablar abiertamente del poder y del abuso de poder en la iglesia; disfrazarlo con eufemismos, como usted intenta hacer en su carta, no ayuda mucho.
Lamentablemente, este abuso de poder -también por parte de las autoridades episcopales- no sólo es pasado, sino que es efectivo en el presente y conduce a violaciones masivas de los derechos y la integridad personal de los creyentes y religiosos. La participación de los creyentes en las decisiones a todos los niveles de la acción eclesiástica (a esto nos referimos cuando hablamos de separación de poderes) no dañará en absoluto la autoridad del cargo jerárquico, sino que le dará una aceptación bien fundada entre el pueblo de Dios, de esto estoy convencido».
Bätzing indica también que la carta en la que se acusa a la Iglesia en Alemania de ir camino del cisma lanza acusaciones pero no las sustenta:
«... se hacen alegaciones para las que cabría esperar razones en vista de su peso. Sin embargo, lamentablemente, no nos las proporciona. Si sus objeciones, preocupaciones y amonestaciones son una expresión de preocupación genuina, puedo tranquilizarle con el corazón abierto: Estos temores con respecto a la vía sinodal de la Iglesia católica en Alemania no son aplicables».
El obispo de Limburgo asegura que «el Camino Sinodal no socava en absoluto la autoridad de la Iglesia, incluida la del Papa Francisco, como usted escribe» y añade que ha hablado varias veces con el Papa del proceso, advirtiendo que tienen presente la carta que el Pontífice dirigió a la Iglesia en Alemania. Tras ello indica:
«Nadie puede reclamar el Espíritu Santo para sí mismo ni negar a los demás el intento serio de escucharlo».
El obispo alemán responde a la acusación de que su sínodo se apoya en tesis sociológicas y secularizantes:
«... el Camino Sinodal, tal como se describe detalladamente en el Texto de orientación (ndr:del sínodo), se orienta precisamente no a teorías sociológicas efímeras o a ideologías seculares, sino a las fuentes centrales del conocimiento de la fe: la Escritura y la Tradición, el Magisterio y la teología, así como el sentido de la fe de los fieles y los signos de los tiempos interpretados a la luz del Evangelio. Esta orientación básica determina las reflexiones del Camino Sinodal en una cuidadosa reflexión teológica».
Y sentencia:
«Por lo tanto, no se puede hablar de que la Iglesia Católica en Alemania esté en peligro de cisma».
El presidente de la Conferencia Episcopal Alemana dice que saben qué decisiones pueden adoptar en la Iglesia en su país y cuáles solo pueden ser adoptadas por toda la Iglesia:
«...en todas las deliberaciones y decisiones del Camino Sinodal se diferencia muy cuidadosamente qué cambios y reformas pueden realizarse en el marco de la responsabilidad diocesana de los miembros de la Conferencia Episcopal Alemana y qué cuestiones, preocupaciones y deseos de reforma deben llevarse al contexto de la Iglesia mundial, especialmente al Camino Sinodal de la Iglesia mundial».
Mons. Geor Bätzing concluye su carta señalando que «el Camino Sinodal va en busca del potencial vivificante de la vida y el trabajo de la Iglesia hoy, al que el mismo Papa Francisco llama a toda la Iglesia», y:
«Les aseguro que los católicos de Alemania, escuchando la voz de nuestro Señor Jesucristo, que es también Señor de la historia, buscan su camino a través de este tiempo junto con la Iglesia de toda la tierra como pueblo peregrino de Dios, unidos en la esperanza pascual de que Él les espera al final de los tiempos».