(UCANews/InfoCatólica) Unos 400 católicos surcoreanos, junto con clérigos y religiosos, marcharon por las calles de la capital de Corea del Sur, Seúl, para pedir que se intensifiquen los esfuerzos para proteger la vida.
La «Marcha por la Vida» anual se celebró el 9 de abril por primera vez en tres años debido a la pandemia de Covid-19, informó Catholic Times of Corea el 13 de abril.
Los manifestantes portaban pancartas y eslóganes con lemas a favor de la vida, como «Respeta la vida» y «Protege al feto», durante la manifestación de una hora de duración.
Entre los participantes estaban: monseñor Linus Lee Seong-hyo, presidente de la Comisión de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal de Corea, monseñor Job Yobi Koo, presidente del Comité Católico de Bioética de la Archidiócesis de Seúl, y Park Jung-woo, secretario general del Comité por la Vida de la Archidiócesis de Seúl.
Antes de unirse a la marcha, los católicos asistieron a un programa en el que se proyectaron vídeos con mensajes de felicitación por la marcha y expertos hicieron presentaciones provida. También prepararon eslóganes provida para corear durante la manifestación.
La profesora Agatha Kim Chan-ju, especialista en obstetricia y ginecología de la Universidad Católica de Corea, Hospital St. Mary de Uijeongbu, mostró un vídeo con un feto y los sonidos del latido del corazón
El profesor Kim Jun-il, de la Asociación de Profesores Pro-Vida, explicó cómo ha cambiado la percepción pública del aborto desde la sentencia «Roe vs Wade» en Estados Unidos.
Roe vs Wade es un prolongado caso legal en el que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos dictaminó en 1973 que la constitución de la nación protege el derecho de una mujer embarazada a elegir abortar sin restricciones del gobierno.
El presidente de la Asociación de Abogados Pro-Vida, James Yoon Hyung-han, también hizo una presentación y dijo: «No puede haber protección y respeto por los seres humanos sin protección y respeto por los fetos y las mujeres».
El obispo Lee calificó el actual movimiento provida como una «difícil peregrinación» para la protección de la vida en los tiempos modernos.
Patrick Kelly, caballero mayor de los Caballeros de Colón de Estados Unidos, felicitó a los católicos coreanos por sus esfuerzos en la defensa de la vida. «Debemos convertirnos en un pueblo que defiende la vida, y muchos vecinos de todo el mundo se unirán a nosotros», dijo.
Los organizadores prometieron continuar su batalla hasta que el aborto se detenga por completo.
«Hasta que tengamos un mundo sin aborto, lucharemos contra esta enorme “cultura de la muerte” y debemos convertirnos en defensores del niño no nacido», dijo Ester Bae Jeong-soon, presidenta de la Asociación de Mujeres Pro-Vida, mientras leía el «Manifiesto por la Vida» durante el acto.
Durante décadas, el aborto ha sido la manzana de la discordia entre los grupos provida y los que defienden los derechos de la mujer en Corea del Sur, donde el aborto está legalmente prohibido.
El Tribunal Constitucional de Corea del Sur dictaminó en 2019 que la penalización del aborto era ilegal y ordenó al gobierno que formulara una ley para poner fin a la prohibición del aborto.
En consonancia con el veredicto del tribunal, el parlamento del país aprobó una ley para despenalizar el aborto y derogar las disposiciones legales anteriores que lo criminalizaban.
Está en marcha un proyecto de ley que pretende legalizar el aborto hasta las 14 semanas de gestación. También permitiría el aborto en los embarazos por violación entre las semanas 15 y 24.
La Iglesia Católica ha estado al frente de la campaña provida, basándose en la enseñanza de la Iglesia sobre el «carácter sagrado de la vida humana» desde el principio hasta el final.
Los funcionarios de la Iglesia surcoreana se han opuesto firmemente al aborto legalizado y han insistido en que «el derecho a elegir solo tiene sentido cuando el Estado ayuda a las mujeres a elegir primero sobre el parto».
En 2018, una petición contra el aborto respaldada por la Iglesia consiguió un millón de firmas.
El 20 de agosto de 2020, una delegación católica de ocho miembros, encabezada por el cardenal Andrew Yeom Soo-jung, antiguo arzobispo de Seúl, se reunió con el presidente Moon Jae-in para expresarle su preocupación por la legalización del aborto.
«Si la ley no puede prohibir el aborto, al menos una mujer que tenga la intención de abortar debe conocer primero sus consecuencias psicológicas, físicas y mentales a través del asesoramiento antes de decidirse», dijo el cardenal Yeom en una carta presentada al presidente.
