(Ruta Mariana) En el año 1972 durante la celebración de una fiesta popular, el antiguo santuario románico se incendió y quedó destruido. Del edificio sólo quedaron ruinas y restos dañados, quemados totalmente por el fuego, sobreviviendo sólo el ábside original, la bóveda sobre el altar y el campanario.
Pasados los primeros momentos de angustia y desconcierto, y tras asumir el desastre, las autoridades del país se pusieron a trabajar para devolver al pueblo andorrano la sede de su religiosidad y que en tristes circunstancias habían perdido. En un principio, se encargó un proyecto compartido por varios talleres de arquitectura, pero finalmente sería Ricardo Bofill quien se encargaría completamente de la reconstrucción y renovación del edificio.
El nuevo proyecto
El arquitecto pensó desde un principio que la misión de reconstruir el santuario no podía reducirse a un mero trabajo arqueológico, limpiando y colocando las piedras sobrevivientes en su posición original, como tampoco contempló la idea de ignorar la influencia del carácter arquitectónico (románico) y paisajístico (montañas) local. Sobre la mesa se puso la firme intención de plasmar y expresar en el futuro complejo arquitectónico la esencia románica del antiguo edificio a través de la aplicación de modernas técnicas de construcción y diseño, de tal forma que el nuevo proyecto actuara como puente entre lo viejo y lo nuevo, entre la tradición y la vanguardia.
Así pues, el proyecto inicial de Ricardo Bofill presentaba un Santuario de Meritxell colosal, con un viaducto que conectaba las montañas del valle, un lago artificial con un puente y una calle llena de tiendas y de restaurantes, además de una gran escalinata con terrazas, pequeños cobijos y esculturas de grandes dimensiones, y de anfiteatros para encuentros populares y actos culturales. Finalmente, sólo una pequeña parte del sueño de Ricard Bofill se llevó a cabo.
Los planos del proyecto relacionan plantas, secciones y fachada a través de un esquema armónico basado en la numerología simbólica y en la relación de la medida básica en el terreno y el programa. En el exterior se evidencia una clara influencia románica, una forma que pertenece a la negra montaña envuelta en vegetación inspiradora, sobre las ruinas de lo que probablemente fue una pequeña aldea, recuperando la filosofía arquitectónica de otros templos de la zona, pero muy consciente de su escala.
El actual recinto
En el actual recinto destaca como elemento vertebrador principal el nuevo santuario, uno de los exponentes más representativos de la arquitectura andorrana de finales del siglo XX, además de otros que también resultan simbólicamente importantes, como los grandes arcos al aire, los gigantescos escalones, el campanario de planta cuadrada, el claustro o la columnata esculpida. La inspiración del proyecto se basa en los orígenes románicos de bases cuadradas y círculos, incluyendo diferentes referencias y elementos de inspiración catalano-mudéjar, islámica o renacentista.
Elementos destacados
Iglesia: planta de cruz griega con ábside de planta cuadrada, alrededor de la cual se organizan los distintos espacios.
Campanario: torre de planta cuadrada de importantes dimensiones cubierto por láminas de cobre, inspirado en los monasterios románicos catalanes.
Claustro: cubierto con bóveda de crucería, inspirado en los claustros de los monasterios medievales.
Patio central: con reminiscencias de los patios de la arquitectura islámica.
Arcos: enormes arcos blancos de medio punto que sostienen y decoran el edificio.
Todo el entorno del santuario se diseñó a través de un proyecto independiente posterior. El diseño incluía todas las superficies pavimentadas, aceras, barandillas, escaleras, rampas, aparcamientos, así como toda la vegetación de los alrededores. Preveía, además, la remodelación y modernización de los edificios antiguos y abandonados de la zona para ser utilizados como dependencias de apoyo.
El Conjunto Histórico de Meritxell (incluye nuevo y viejo santuario) es hoy un apreciado ejemplo arquitectónico que se integra y se mezcla con la naturaleza exterior que le rodea para crear un paisaje cultural y paisajístico que cautive al visitante, invitándole a la paz, la calma y la meditación interior.
¿Qué es la Ruta Mariana?
La Ruta Mariana es un viaje que mezcla cultura y devoción, arte y espiritualidad, naturaleza y recogimiento. El Pilar, Torreciudad, Montserrat, Lourdes y Meritxell, cinco santuarios hermanos que ofrecen al peregrino y al viajero una forma diferente de acercarse a María, incluso para personas no creyentes.