(Asian News/InfoCatólica) El 95% de la población no consume alimentos en cantidad suficiente; más del 85% de las familias que antes tenían ingresos declararon no haber recibido un salario en febrero; al menos 23 millones de personas (más de la mitad de la población) sufren de inseguridad alimentaria. Como mucho, sólo hay pan para comer, y el té ha pasado a ser un lujo. Al menos 26 madres y 13.700 bebés han muerto desde principios de año por falta de alimentos, según datos del Ministerio de Sanidad.
En un país en el que el número de viudas supera los 900.000, según Reliefweb, las mujeres y los niños se ven obligados a mendigar para tratar de mantener a sus familias. En Herat, cientos de niños fueron recogidos por funcionarios del Ministerio de Trabajo y organizaciones internacionales para enseñarles un oficio, escribe ToloNews. Los niños rescatados de las calles recibirán 79 dólares al mes y podrán continuar sus estudios durante seis meses. Las medidas de contención incluyen transferencias de dinero de Unicef: las familias más vulnerables reciben ayuda económica con la posibilidad de disponer libremente del dinero. Según un informe reciente de la agencia, el dinero se utiliza principalmente para comprar comida, zapatos y ropa para los niños, medicinas, leña u otros combustibles para calefaccionar el hogar.
Al mismo tiempo, mientras los medios de comunicación occidentales se centran en el conflicto de Ucrania, los talibanes continúan su represión de la sociedad sin ser molestados: Las niñas tienen prohibido volver a la escuela, las mujeres no podrán viajar al extranjero sin acompañante; la BBC, Deutsche Welle y otros medios de comunicación internacionales se han visto obligados a cerrar sus programas en urdu, pastún y persa y a marcharse; los parques se han segregado en función del género -las mujeres sólo podrán visitarlos tres días a la semana y los hombres los días restantes, incluidos los fines de semana. Los hombres también están obligados a llevar la vestimenta tradicional y a dejarse la barba. Los funcionarios del Ministerio de Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio han amenazado con despedir a todo aquel que acuda al trabajo incumpliendo la nueva norma. Por si alguien aún tenía dudas, está claro que los talibanes no han cambiado ni se han vuelto más moderados.
Habría sido un acontecimiento trascendental si realmente se hubiera permitido a las niñas volver a la escuela, como los talibanes habían prometido inicialmente. Sin embargo, en la mañana del 23 de marzo, cuando las escuelas reabrieron para retomar el ciclo lectivo después de más de siete meses, a las jóvenes que iban a retomar la secundaria se les impidió el ingreso en las aulas. Como protesta, Estados Unidos no se presentó a una reunión prevista en Doha para discutir con los talibanes cuestiones económicas clave para desbloquear la situación financiera y la falta de liquidez, principal causa de la desastrosa situación humanitaria.
Los talibanes se volvieron entonces hacia Oriente: ayer y hoy se celebró en China una cumbre de ministros de Asuntos Exteriores de la región. La cumbre, la tercera de este tipo, fue en Tunxi, en la provincia china de Anhui, y a ella asistieron representantes de Pakistán, Rusia, Irán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán. China subrayó que un Afganistán próspero y estable redunda en interés no sólo del pueblo afgano, sino de toda la región. Las relaciones económicas trilaterales entre Kabul, Islamabad y Beijing se debatirán al margen de la reunión. Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, afirmó que los crecientes lazos comerciales entre Afganistán y las naciones vecinas están contribuyendo al posible reconocimiento internacional de la administración talibán. Hoy se acreditó en Moscú el primer diplomático afgano del nuevo gobierno del Emirato Islámico de Afganistán.