(Agencias/InfoCatólica) Una representación de los pueblos indígenas de Canadá fue recibida esta mañana por el Papa Francisco en la Biblioteca Apostólica, durante dos audiencias sucesivas. Se trata de una delegación de mestizos (Métis) y otra de Inuit, acompañados por varios obispos de la Conferencia Episcopal Canadiense, que permanecieron alrededor de una hora cada uno con Francisco.
Un tiempo que, según ha indicado Mattero Bruni, director de la Oficina de Prensa del Vaticano «se caracterizó por el deseo del Papa de escuchar y dar cabida a las dolorosas historias que traían los supervivientes».
Lo que Bruni no ha explicado es de qué eran supervivientes los recibidos en audiencia por el Papa. La visita de las delegaciones de nativos canadienses se inscribe en el marco del proceso denominado «Indigenous Healing & Reconciliation», emprendido por la Conferencia Episcopal Canadiense y el Consejo Indígena Católico Canadiense (CICC), destinado sobre todo a sanar el doloroso asunto de las escuelas residenciales, esos institutos iniciados a finales del siglo XIX por el gobierno canadiense y confiados a las Iglesias cristianas locales, incluida la Iglesia católica.
Se asegura que en estas escuelas, creadas con el objetivo de asimilar a los nativos, activas hasta la década de 1980, los niños solían sufrir abusos y maltratos, y acababan pagando con su vida su diversidad. Lo cierto es que, al contrario de lo que se dijo, no hay restos mortales de esos niños en las escuelas católicas canadienses.