(ACI/InfoCatólica) Seguidamente, el cardenal se hizo eco de la reciente declaración de la Conferencia Episcopal, recordando que entre los valores que deben defender quienes pretenden dirigir a Chile "es imprescindible la promoción de la alianza matrimonial, que une a un hombre y una mujer, y de la familia que de ella nace, como asimismo el respeto a la vida desde la concepción, pasando por todas las etapas de su desarrollo, hasta la muerte natural".
Asimismo, señaló, "es del todo necesario que propongan políticas públicas que sean realmente favorables a la vida de las familias y al aumento de la natalidad en ellas, en el país con la tasa de fecundidad más baja de Centro y Sudamérica, con las peligrosas consecuencias que surgen de las tendencias antinatalistas".
Para los chilenos, continuó, "la familia es su gran tesoro. Con razón nuestra constitución protege a la vida que está por nacer y apoya a la familia. Y para que todos los ciudadanos tengan una vida digna, necesitamos que los candidatos nos revelen su compromiso resuelto y sus planes para superar la miseria, y para fomentar vigorosamente el desarrollo humano y económico, a fin de acortar eficazmente la hiriente brecha que distancia los ingresos de los chilenos, y contribuir a una mayor equidad social, protegiendo a los más débiles y apoyando la generación de fuentes de trabajo digno y estable".
El Cardenal Errázuriz también alentó a los candidatos a dar a conocer sus políticas en una serie de temas como la lucha contra la pobreza, la educación y el libre acceso a la misma, los desafíos sociales como la drogadicción y la rehabilitación de encarcelados, entre otros.
"Buscamos lo mejor para la vida humana de las generaciones actuales y futuras. Asimismo mucho nos importa la ecología humana, como también la solidaridad fraterna con otras naciones, sobre todo, con los países vecinos y con los que enfrentan graves dificultades. Anhelamos dar gracias a Dios en el futuro, reconociendo los logros de los gobernantes y parlamentarios que sean elegidos en vista al bien de Chile".
Haciendo referencia a la celebración del Bicentenario de la independencia que se celebra en 2010, el Cardenal hizo votos para que "crezca el cariño por nuestra Patria y por nuestra identidad, y nuestra voluntad de construirla como hermanos".
Finalmente, el Arzobispo de Santiago señaló que "es asombrosa la abundancia de dones que con esfuerzo y gratitud han sido puestos sobre la mesa de nuestra historia. De corazón deseamos que nadie quede al margen de ella, y que Chile sea cada vez más una mesa para todos, de manera que todos vivamos con gratitud a Dios y a los hermanos, con alegría y esperanza, con justicia y paz".