(InfoCatólica) El 2 de abril, a las 11, se celebrará una misa en la basílica de Nuestra Señora de Luján para rezar por quienes entregaron su vida en la contienda bélica y sus familias.
«La Iglesia hace memoria de cada uno de ellos y rendirá homenaje a quienes sirvieron a la Patria», se destaca en la convocatoria.
El 2 de abril de 1982, el ejército inició el desembarco de tropas en las islas Malvinas, que habían sido invadidas por Gran Bretaña en 1833. El conflicto armado concluyó el 14 de junio de 1982 y provocó la muerte de 649 soldados argentinos, 255 británicos y 3 civiles isleños.
Primero españolas, luego argentinas
Las islas Malvinas están situadas en el Mar Argentino a unos 600 km, aproximadamente, de la costa patagónica, poseen una superficie de 11.718 km2 y se compone de dos islas principales, Soledad y Gran Malvina, y aproximadamente 200 islotes más pequeños.
A partir del año 1765 fueron ocupadas por las autoridades españolas del Virreinato del Río de la Plata, luego de algunos hechos diplomáticos y militares entre Francia, España y Gran Bretaña.
En la década de 1820 las autoridades argentinas con asiento en Buenos Aires toman posesión de las islas empleando el mismo principio que constituyó la Nación Argentina e incluso nombrando a Luis Vernet Gobernador de las islas el 10 de junio de 1829. El 3 de enero de 1833 las islas Malvinas fueron usurpadas por la corbeta británica Clio, quienes expulsaron a las autoridades argentinas vigentes.
Dicha situación se prolongó hasta el 2 de abril de 1982, año en que se dio inicio a la Operación Rosario, es decir la recuperación de las islas por fuerzas militares argentinas, dando inicio al Conflicto de Malvinas de 1982. El pabellón nacional argentino flameó hasta el 14 de junio de 1982 en las islas, momento en el cual fueron nuevamente usurpadas por el Imperio Británico.
La Constitución Nacional, en su reforma vigente desde el año 1994, expresa en su Disposición Transitoria Primera que «la Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional. La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes y conforme a los principios del Derecho Internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino»
Postura del papa Francisco sobre la guerra
El papa Francisco ha manifestado repetidamente, y de nuevo tras la invasión de Ucrania por Rusia, que no hay guerra justa.
Aunque como Pontìfice no se ha producido ninguna declaración destacable sobre lo ocurrido en las Malvinas, siendo cardenal y arzobispo de Buenos Aires sí dio su parecer. En un oficio religioso por las víctimas celebrado en el 2008 aseguró en la homilía que la guerra de las Malvinas «es una parte oscura de la historia argentina que solo adquiere luz desde el coraje y la valentía de los que lucharon allí, tanto los que descansan en tierra y aguas propias como los que volvieron».
Añadió que «hay una herida abierta que sigue sangrando en el dolor de las madres y otros familiares que comparten con orgullo la gloria de los que ofrendaron su vida. El drama de los que lucharon y volvieron de Malvinas es nuestro drama porque nos pone delante de nuestra indiferencia y desamor. Nuestro estilo de vida elitista rechaza el fracaso, lo desvaloriza o lo esconde; no se deja enseñar de él».
E insistió:
«Es de buen argentino reconocer la valentía tanto de los que cayeron en esa guerra como los que murieron después a causa del silencio y la indolencia de la sociedad, o de los que sobrevivieron y hoy son testigos vivos de esa gesta... Existe una ´deuda histórica’ que sólo será saldada cuando cada 2 de abril (…) sea motivo de reflexión, de afirmación de la identidad nacional y el trabajo por la paz; sólo así la sangre de los 649 caídos no habrá sido derramada en vano».