(CWR/InfoCatólica) El presidente de la conferencia de obispos católicos alemanes ha pedido cambios en la enseñanza de la Iglesia sobre el sexo fuera del matrimonio y la homosexualidad.
En una entrevista con la revista alemana Bunte publicada el 4 de marzo, el obispo Georg Bätzing coincidió con la afirmación del periodista de que «nadie» se adhiere a la enseñanza de la Iglesia de que la sexualidad solo debe practicarse dentro del matrimonio, diciendo: «Eso es cierto. Y tenemos que cambiar un poco el Catecismo sobre este asunto. La sexualidad es un regalo de Dios. Y no un pecado».
Cuando se le preguntó si las relaciones entre personas del mismo sexo estaban permitidas, el prelado alemán respondió: «Sí, está bien si se hace con fidelidad y responsabilidad. No afecta la relación con Dios».
Bätzing, obispo de Limburg, en el oeste de Alemania, agregó: «Cómo alguien vive su intimidad personal no es asunto mío». Nadie empleado por la Iglesia debe tener miedo de perder su trabajo a causa de esto, dijo.
El teólogo alemán Martin Brüske criticó duramente los comentarios de monseñor Bätzing en una entrevista con CNA Deutsche, corresponsal en alemán de Catholic News Agency.
«El argumento que emplea el obispo Georg Bätzing es engañoso. Él está dando a entender que el Catecismo y, por tanto, la tradición de la Iglesia, dicen que la sexualidad es pecado. Lo que me gustaría que él respondiera es esto: ¿Dónde encuentra tal declaración en el Catecismo o en la tradición de la Iglesia?
La sexualidad según la doctrina de la Iglesia se orienta por el Evangelio
De hecho, agregó el teólogo, la Iglesia siempre ha rechazado como erróneo tal punto de vista:
«Al contrastar esta afirmación falsa con su segunda afirmación, que la sexualidad es un don de Dios sin restricciones, todo el tema se elimina de la reflexión ética. De acuerdo con esa lógica, ya no hay necesidad de aclarar o distinguir cómo se practica la sexualidad. Ya no se hace ninguna distinción en cuanto a qué comportamiento sexual es egoísta o expresa apropiación mutua».
Brüske enfatizó que la enseñanza moral de la Iglesia ha ordenado la sexualidad hacia el amor conyugal entre un hombre y una mujer. El Catecismo afirma:
«Por consiguiente, la sexualidad, en la que el hombre y la mujer se dan el uno al otro por los actos propios y reservados a los cónyuges, no es en modo alguno algo puramente biológico, sino que concierne al núcleo más íntimo de la persona humana en cuanto tal». En él se «enriquececen unos a otros en alegría y gratitud».
El teólogo asegura que si se abandonara el matrimonio sacramental como lugar exclusivo de la sexualidad entre el hombre y la mujer, también se abandonaría la orientación hacia el Evangelio y se reemplazaría por una orientación hacia la cultura contemporánea.
«Los abismos de la cultura contemporánea se pasan por alto por completo, en particular lo que yo llamaría su verdadera sociología del deseo, en la que las personas a menudo son violadas en el área de su sexualidad».
Martin Brüske, profesor en Friburgo (Suiza), dijo que el cristianismo primitivo, en su orientación hacia Jesús, ofreció un contraste radical en comparación con la cultura de la época.
«Precisamente por eso, fue atractivo y ayudó a las personas heridas a encontrar la curación. Bätzing no parece darse cuenta de eso. Obviamente está ciego tanto respecto a los orígenes como en relación con nuestro presente. Esto me deja triste y perplejo. Y también un poco enojado. Porque en realidad tal ingenuidad no está permitida».
Otras afirmaciones «contemporizadoras» de Bätzing
En la entrevista con Bunte, el obispo Georg Bätzing también se pronunció a favor de la abolición del celibato sacerdotal y la ordenación de mujeres, posiciones recientemente respaldadas por los participantes en el «Camino Sinodal» alemán.
Brüske dijo que en lugar de desempeñar el papel de moderador, «el presidente de la conferencia episcopal alemana se identifica sin reservas con las demandas de una revisión total de la moralidad sexual de la Iglesia, la abolición del celibato, la ordenación de mujeres».
Agregó que, de cara a la controvertida Vía Sinodal, era muy problemático para el presidente avanzar en tal agenda.