(C-Fam/InfoCatólica) El acuerdo final de la comisión, adoptado la semana pasada, no incluía ningún término nuevo relacionado con el colectivo LGBTI, a pesar de que los primeros borradores del acuerdo contenían una referencia a las «personas LGBTI».
La oposición a este término fue tan fuerte que Argentina, que lideró las negociaciones y suele ser muy agresiva en la promoción de los temas LGBTI, eliminó los controvertidos términos del proyecto de resolución de la comisión al principio del proceso de negociación.
Después de que la Asamblea General adoptara por unanimidad una resolución sobre las elecciones y la democracia que incluye «la orientación sexual y la identidad de género» el pasado diciembre, se preveía que otros acuerdos de la ONU sobre política social incluirían el polémico término.
Un libro blanco publicado la semana pasada por OutRight Action International, el principal grupo LGBT de las Naciones Unidas, afirmaba que su tesis había ganado una nueva «legitimidad» tras la resolución de la Asamblea General sobre las elecciones. Pero hubo demasiada oposición a añadir «personas LGBTI» durante las negociaciones de las últimas semanas como para decir que la cuestión es ahora legítima.
La adición unánime del lenguaje LGBT en una resolución de la Asamblea General el año pasado puede incluso haber actuado como motivación adicional para oponerse a la adición de términos LGBT en nuevas resoluciones. Cuando las delegaciones debatieron la adición de «personas LGBTI» en la resolución de la Comisión de Desarrollo Social en las últimas semanas, hubo más delegaciones que se pronunciaron en contra que en cualquier otro momento de los últimos años, incluido todo el Grupo Africano.
La continua oposición a los avances LGBT en la política de la ONU significa que las delegaciones que apoyan las cuestiones LGBT tienen que contentarse con términos ambiguos y eufemismos para promover las cuestiones LGBT en la burocracia de la ONU. La resolución de la Comisión de Desarrollo Social incluía los términos «formas múltiples e interrelacionadas de discriminación» y «mujeres en situaciones y condiciones diversas», que la Unión Europea y Estados Unidos vinculan explícitamente a las cuestiones LGBT y que las agencias de la ONU definen de forma ambigua.
Los organismos de la ONU y el Secretariado de la ONU utilizan estos términos para introducir en la programación de la ONU políticas controvertidas sobre el colectivo LGBT que no han sido acordadas internacionalmente. Por ejemplo, una lista de comprobación de la oficina de derechos humanos de la ONU añade sistemáticamente a las personas que se identifican como LGBT como «minorías» en la programación de la ONU bajo el epígrafe «formas múltiples e interseccionales de discriminación» y las directrices de la Organización Mundial de la Salud definen el término «mujeres en toda su diversidad» como «mujeres heterosexuales, lesbianas, bisexuales, transgénero o intersexuales; mujeres que consumen o han consumido drogas; mujeres que están o han estado involucradas en el trabajo sexual...» Las delegaciones tradicionales presentaron reservas sobre los términos en la comisión.
Aunque la resolución de la comisión de la ONU no supuso ningún avance explícito para los partidarios de las políticas LGBT, tampoco promovió las políticas familiares. La delegación de la Santa Sede lamentó este hecho en declaraciones oficiales al término de la comisión el miércoles.
«La Santa Sede considera lamentable que no se haya podido reafirmar que la familia, como unidad básica de la sociedad, desempeña un papel fundamental en el desarrollo social y, como tal, debe ser reforzada, prestando atención a los derechos, capacidades y responsabilidades de sus miembros, y tiene derecho a recibir una protección y un apoyo integrales», declaró monseñor Fredrik Hansen, de la delegación de la Santa Sede, tras la aprobación de la resolución.