(Vatican.news/InfoCatólica) «Aceptando la invitación del Presidente de la República de Malta, de las Autoridades y de la Iglesia Católica del país, el Papa Francisco realizará un Viaje Apostólico a Malta los días 2 y 3 de abril de 2022, visitando las ciudades de La Valeta, Rabat, Floriana y la isla de Gozo», así lo anunció el Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, en sus declaraciones de este jueves 10 de febrero. Asimismo, señalo que el programa y otros detalles de la visita se anunciarán próximamente. Inicialmente, el Viaje estuvo programado para el 31 de mayo de 2020, pero, luego fue postergado por el estallido de la pandemia del Covid-19; sin embargo, el Santo Padre no renunció a su deseo de visitar la isla de Malta.
El tercer Pontífice en la isla
La visita a Malta, antigua sede de la Orden del mismo nombre, que hoy cuenta con menos de 500.000 habitantes, será el 36º Viaje Apostólico de Jorge Mario Bergoglio, tras el último realizado en diciembre pasado a Chipre y Grecia. Será el tercer Pontífice que visita la isla mediterránea: antes de él, Juan Pablo II visitó Malta en 1990 y 2001, esta última vez para beatificar a dun Ġorġ Preca, el primer santo maltés de la historia del catolicismo; a sor Adeodata Pisani, abadesa del monasterio de San Pedro de la ciudad de Medina; y a Nazju Falzon, un fraile menor que asistió a los soldados malteses durante la guerra de Crimea. Benedicto XVI había visitado la isla en 2010.
La invitación de las autoridades
El Papa ya había reiterado su intención de visitar la isla en una entrevista con la cadena de radio española Cope. La invitación oficial para visitar el país había llegado del Presidente George Vella, durante su visita al Vaticano el 16 de septiembre de 2019. En esa ocasión, el dirigente maltés recordó los antiguos lazos entre los Pontífices y este archipiélago mediterráneo, diciendo al Papa que las autoridades civiles y religiosas maltesas esperaban su llegada desde hacía tiempo y recordando la doble visita de Karol Wojtyla. A esa audiencia le siguió dos meses después, en diciembre de 2019, una reunión privada «largamente esperada» con el ya dimitido primer ministro Joseph Muscat.
En octubre de 2021, el Papa Francisco se reunió en cambio con el Primer Ministro de Malta, Robert Abela, con quien trató diversos temas de interés común, como la situación europea e internacional, la importancia del diálogo ecuménico e interreligioso, la fraternidad entre los pueblos, deteniéndose también en la contribución del cristianismo a la historia, la cultura y la vida del pueblo maltés y en el compromiso de la Iglesia con el desarrollo humano y social del país, especialmente en el ámbito educativo y asistencial. El Primer Ministro también había regalado al Papa 7.000 almohadillas Covid-19 para el Colegio Electoral Apostólico. En esa ocasión, el Papa también fue invitado a visitar la isla.
La cuestión de los migrantes
A la espera del anuncio oficial del programa, se desprende del anuncio de hoy que el Papa Francisco ha ampliado el tiempo de la visita en cuarenta y ocho horas respecto al viaje previsto en 2020 para un solo día, la Solemnidad de Pentecostés. Esto habría incluido una parada en Gozo, una de las veintiuna islas que componen el archipiélago maltés. El lema elegido hace dos años para la visita fue una frase de los Hechos de los Apóstoles (Hechos 28,2): «Nos mostraron una bondad inusual. Nos mostraron una amabilidad inusitada», mientras que el logotipo mostraba unas manos que apuntaban a la Cruz, procedentes de un barco a merced de las olas, como signo de acogida hacia el prójimo y de ayuda a los que se encuentran en dificultades, abandonados a su suerte. Una clara referencia al fenómeno migratorio que ha situado a Malta, durante años, en el centro de la actualidad internacional.
El Papa Francisco ha elogiado públicamente a la isla en varias ocasiones como ejemplo de acogida de migrantes en el pasado. En su homilía de las Vísperas de clausura de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos en 2020, recordó la hospitalidad ofrecida por la comunidad maltesa a San Pablo y sus compañeros tras el naufragio. «Nos trataron con bondad» (Hechos 28,2) fue el tema elegido para la Semana Ecuménica y fueron las Iglesias cristianas de Malta y Gozo las que elaboraron el texto de la tradicional ayuda al estudio, también para conmemorar la fiesta del naufragio de Pablo, que se celebra el 10 de febrero en la isla.
El llamamiento de Monseñor Scicluna
En los últimos años, las autoridades de La Valeta han informado de los obstáculos para la recepción de embarcaciones de inmigrantes, principalmente de países africanos, pero también de diversas partes de Asia. En más de una ocasión, monseñor Charles Scicluna, Arzobispo Metropolitano de La Valeta y secretario adjunto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha intervenido sobre el tema, llamando a la unidad en la isla y a la acogida de los refugiados. El prelado también quiso conocer personalmente a los solicitantes de asilo hace años y recordó el episodio en los Hechos alabando a los malteses por la «inusual amabilidad» con la que acogieron a «personas que tenían miedo, que tenían frío, que estaban mojadas». «Debemos seguir haciéndolo hoy, como lo hicimos hace miles de años», dijo Monseñor Scicluna.
El Prelado presentó en varias ocasiones al Pontífice el deseo del pueblo maltés de acogerlo en su tierra, como «estímulo para una nueva evangelización». En un vídeo publicado hace dos años con motivo del viaje previsto, Scicluna dijo que la presencia del Santo Padre «es una oportunidad para rebautizar esta filantropía nuestra, este espíritu de acogida... Estamos llamados a dar la vida por los demás, a curar las heridas que de alguna manera han desgarrado el tejido social, pero también a animarnos para poder acoger a los demás que llaman a las costas de nuestras islas pidiendo un poco de ayuda, alguien que les trate con dignidad, con »rara humanidad.
A pesar del aplazamiento del viaje, estas esperanzas nunca se han disipado y se renuevan con el anuncio de la visita de hoy.