(Katolisch/Infocatólica) Mons. Franz Jung ha emitido una declaración de compromiso por la que asegura que no tomará ninguna medida en virtud del derecho laboral o disciplinario si se conocen hechos sobre los empleados de la diócesis de Würzburg, la asociación diocesana de Cáritas y otras entidades jurídicas afiliadas «que conciernen al estilo de vida personal con respecto a las parejas, la orientación sexual o la identidad de género de un individuo/persona; también en las actividades relacionadas con la predicación»
El obispo añade:
«También les aseguro que no tomaré ninguna acción bajo la ley eclesiástica o disciplinaria contra los clérigos con respecto a su orientación sexual»
Jung asume así, por su cuenta, y sin esperar a la decisión de la Conferencia Episcopal Alemania ni a lo que Roma pueda decir, el texto del Foro Sinodal «Vivir en relaciones exitosas - Vivir el amor en la sexualidad y la pareja», que fue discutido en la tercera Asamblea Sinodal el pasado fin de semana y adoptado en primera lectura con más del 93% de aprobación.
Esta resolución pretende revisar el Ordenamiento Básico del Servicio Eclesiástico de tal manera que someterse a cambio de sexo, casarse con una pareja homosexual, convivir en amancebamiento sin casarse o volverse a casar por lo civil tras divorciarse «ya no se consideren como violaciones de las obligaciones de lealtad y, en consecuencia, ya no impidan el empleo en el servicio eclesiástico o provoquen la terminación de una relación laboral existente»
Durante el debate sobre el texto de acción, varios miembros seglares del Sínodo pidieron a los obispos que no esperaran a que el texto se adoptara en segunda lectura en una de las próximas asambleas del Sínodo, sino que hicieran ellos mismos los cambios en el reglamento de los servicios eclesiásticos.
Un cambio en la legislación laboral de la iglesia es también una de las demandas de la iniciativa «#OutInChurch - por una iglesia sin miedo». En un manifiesto, los más de 120 empleados de diferentes áreas de la Iglesia católica en Alemania exigieron una nueva forma de tratar a las personas queer y un cambio en la legislación laboral de la Iglesia «para que vivir de acuerdo con la propia orientación sexual e identidad de género» no suponga un despido. Varios obispos y vicarios generales han elogiado la acción y ya han anunciado que estudiarán más detenidamente la legislación laboral.
San Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, escribió algo muy diferente. En el capítulo 5 de su primer epístola a los corintios explicó cómo debe abordar la Iglesia el caso de la inmoralidad sexual pública de sus miembros. Y acaba así:
Os escribí en mi carta que no os mezclaseis con los fornicarios. Pero no me refería, ciertamente, a los fornicarios de este mundo, o a los avaros o a los ladrones, o a los idólatras, pues entonces tendríais que salir de este mundo. Lo que os escribí es que no os mezclaseis con quien, llamándose hermano, fuese fornicario, avaro, idólatra, injurioso, borracho o ladrón. Con éstos, ni comer siquiera.
Pues ¿por qué voy yo a juzgar a los de fuera? ¿No juzgáis vosotros a los de dentro? A los de fuera los juzgará Dios. «¡Echad de entre vosotros al malvado!»
1 Cor 5,9-13