(Aica/InfoCatólica) «La muerte puso su morada entre nosotros, y no nos espantamos porque no los vemos, ni los sentimos, ni pueden expresarse. ¡Pero existen! Hasta que se les impone la inexistencia», sostuvo en una carta con motivo del Día de los Santos Inocentes.
«Con dolor escribo estas palabras para no olvidar. Como memoria de los invisibles. Los santos inocentes que siguen pagando con su vida los egoísmos de la sociedad de hoy y el interés de los bienes materiales y confort, arrasando con la dignidad de su persona», aseveró.
Monseñor Barba lamentó que se siga repitiendo «como cuando Jesús nació, la matanza de los inocentes».
«Que la vida triunfe sobre la muerte y que nuestras leyes, justamente, sean lo que deben ser: resguardo para el bien de todos y no instrumentos para velar por intereses mezquinos», pidió.
«Seguimos diciendo, seguimos pensado, seguimos gritando: ‘Vale toda vida’».
Texto de la carta
Dos mil años y no aprendimos…
Dos mil años y seguimos repitiendo la historia…
El silencio de los que no pueden expresarse sigue tan igual como siempre. inocentes a quienes se les priva del derecho de vivir en nombre de preservar «derechos humanos». A millones de inocentes se les priva del derecho más básico: LA VIDA.
Y tristemente un día…, la mentira se hizo ley en nuestra Argentina. Por primera vez, una ley abierta a matar. Triste acto para una nación que ya no vela por todos sus hijos/as.
La muerte puso su morada entre nosotros…, y no nos espantamos porque no los vemos, ni los sentimos, ni pueden expresarse…
¡Pero existen…! Hasta que se les impone la inexistencia.
Con dolor escribo estas palabras para NO OLVIDAR. Como MEMORIA de los invisibles. Los santos inocentes que siguen pagando con su vida los egoísmos de la sociedad de hoy y el interés de los bienes materiales y confort, arrasando con la dignidad de su persona.
Acabamos de celebrar el nacimiento del Niño Dios. Acabamos de celebrar la grandeza del Dios que puso su morada entre nosotros, justamente para que todos podamos llegar a Dios, pero seguimos repitiendo como cuando Jesús nació, la matanza de los inocentes.
Que la vida triunfe sobre la muerte y que nuestras leyes, justamente, sean lo que deben ser: resguardo para el BIEN de todos y no instrumentos para velar por intereses mezquinos.
Seguimos diciendo…, seguimos pensado…, seguimos gritando: VALE TODA VIDA.