(ACIPrensa/InfoCatólica) En India, está por celebrarse la fiesta de Dipavali, mejor conocida como la fiesta de las luces, muchas son las narrativas de los orígenes de esta celebración, sin embargo, todas coinciden en el triunfo de la luz sobre la oscuridad. Esta es una fiesta celebrada por todos en India, aunque sean practicantes de diferentes credos.
Con motivo de esta celebración, el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso les envía un mensaje a los hindúes titulado «Cristianos e hindúes: llevemos juntos la luz a la vida de las personas en tiempos de desesperación».
Esta fiesta logra reunir a muchas familias y los invita a la reconciliación.
En el mensaje el Consejo expresa sus deseos de paz y salud: «Que esta fiesta, incluso en medio de la ansiedad y la incertidumbre de la pandemia, con las crisis planetarias que la acompañan, dé alivio a sus vidas, hogares y comunidades con la esperanza de un futuro mejor».
India es uno de los países donde hay más persecución cristiana, por ello también el llamado espera ser una voz de ayuda para los cristianos en ese país.
«Los cristianos y los hindúes podemos llevar una luz de esperanza a la vida de las personas en tiempos tan difíciles (pandemia)».
«Los miembros de todas las tradiciones religiosas están invitados a ofrecer en tiempos de desesperación y oscuridad. Llevar la luz a la vida de las personas junto con la solidaridad interreligiosa también confirma la utilidad y el gran recurso que representan las tradiciones religiosas para la sociedad.
El actual período pandémico reclama que busquemos cada vez más formas de llevar la luz de la esperanza allí donde existe discordia y división, destrucción y devastación, privación y deshumanización.
En tiempos de crisis, ya que las tradiciones religiosas, depositarias de siglos de sabiduría, tienen el poder de levantar nuestros espíritus atribulados, también tienen la capacidad de ayudar a los individuos y a las comunidades a orientar la brújula de sus vidas hacia la esperanza, mirando más allá de su desesperación actual.
Es tarea de los líderes y las comunidades religiosas cultivar el espíritu de fraternidad entre sus seguidores para ayudarles a caminar y cooperar con personas de otras tradiciones religiosas, especialmente en tiempos de crisis y calamidades de todo tipo.
Como creyentes arraigados en nuestras respectivas tradiciones religiosas y como personas que comparten una visión de responsabilidad común hacia la humanidad, especialmente hacia los que sufren, nosotros, los cristianos y los hindúes, individualmente y en conjunto, y uniéndonos a personas de otras tradiciones religiosas y de buena voluntad, debemos esforzarnos por llegar a los que están desesperados, para llevar luz a sus vidas».
Puede leer la carta completa aquí.