(Odisur/InfoCatólica) Córdoba ha acogido, los días 19 y 20 de octubre, la CXLVIII Asamblea Ordinaria de los Obispos del Sur de España. Han participado por primera vez en la Asamblea Mons. José Ángel Saiz Meneses, Arzobispo de Sevilla; Mons. Antonio Gómez Cantero, Obispo coadjutor de Almería; y Mons. José Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez, recientemente incorporados a sus diócesis. Para los tres, la Asamblea ha tenido palabras de acogida y bienvenida. También ha participado el Arzobispo emérito de Sevilla, Mons. Juan José Asenjo.
Apoyo a los afectados por el volcán en La Palma
Los obispos han comenzado la reunión expresando su apoyo y solidaridad a la diócesis Nivariense y a todos los habitantes de La Palma, que sufren las consecuencias provocadas por el volcán de Cumbre Vieja. Los obispos han rezado por las familias que se han visto directamente afectadas, por los que han perdido sus casas y sus lugares de trabajo o explotaciones agrícolas, por los desplazados y por los que viven esta situación con angustia y sufrimiento.
La Palma es una isla que pertenece a la diócesis de Tenerife y, por tanto, a la Provincia Eclesiástica de Sevilla. Por eso, los obispos sienten más cercano el dolor de los palmeros y agradecen a todos, especialmente a las Cáritas diocesanas, la ayuda que ofrecen para socorrer a las víctimas.
Eutansia.y Testamento Vital
Tras la entrada en vigor, el pasado 24 de junio, de la Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia, los Obispos animan a los fieles a hacer el Testamento Vital para dejar constancia, de manera anticipada, de su voluntad de aceptar o rechazar determinados tratamientos médicos. El Testamento Vital, además de establecer la propia voluntad, puede servir para liberar a los familiares del peso de tomar decisiones por el enfermo, nombrar un representante legal que tome decisiones ante situaciones no contempladas en el testamento escrito, y especificar el derecho a una atención espiritual.
Además, frente a la eutanasia, el Testamento Vital puede especificar que se administren los tratamientos adecuados para paliar los sufrimientos y que no se apliquen ni el encarnizamiento terapéutico ni la eutanasia.