(InfoCatólica) Comunicado de la Santa Sede
El Santo Padre Francisco, demostrando su interés por la experiencia de los Memores Domini y reconociendo en su carisma una manifestación de la gracia de Dios, ha ordenado un cambio en la dirección de la Asociación, nombrando como su delegado especial a Su Excelencia Monseñor Filippo Santoro, arzobispo de Taranto.
El delegado especial, a partir del 25 de septiembre de 2021, asumirá temporalmente, ad nutum de la Sede Apostólica, con plenos poderes, el gobierno de la Asociación, para salvaguardar su carisma y preservar la unidad de sus miembros. Al mismo tiempo, cesa el actual gobierno general de la Asociación.
El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida ha nombrado al P. Gianfranco Ghirlanda, S.J.,asistente pontificio para los asuntos canónicos relacionados con la Asociación.
Memores Domini
Los Memores Domini se constituyeron en Milán, bajo la guía de don Luigi Giussani, por iniciativa de algunos laicos procedentes de la experiencia de la “Gioventù Studentesca”. A partir de 1968, los miembros de la Memores Domini advirtieron la exigencia de vivir en común y se constituyeron en Familias. Difundida en Italia y en el extranjero, en 1981, la Asociación fue erigida canónicamente por el Obispo de Piacenza, monseñor Enrico Manfredini. El 8 de diciembre de 1988 el Consejo Pontificio para los Laicos decretó el reconocimiento de la Asociación Laical Memores Domini como asociación internacional de fieles.
La asociación reúne a personas de la Fraternidad de Comunión y Liberación que siguen una vocación de entrega total a Dios viviendo en el mundo y practicando los consejos evangélicos asumidos como compromiso personal y privado, emitidos en la forma de propósito. Dos son los factores que se distinguen en su proyecto espiritual: la contemplación, entendida como memoria «tendencialmente continua de Cristo»; la misión, es decir la pasión de llevar el anuncio cristiano a la vida de los hombres, encontrándolos sobre todo en los lugares de trabajo, que constituye el ámbito normal del testimonio.
Los Memores Domini practican la vida en común y forman casas masculinas y femeninas donde se vive una regla de silencio, de oración personal y comunitaria, de pobreza, de obediencia y de caridad fraterna. Fin de estas casas es la edificación mutua en la memoria, con vistas a la misión. Los miembros participan juntos, cuatro veces al año, en retiros espirituales y, una vez al año, en un curso de ejercicios espirituales. Los aspirantes entran a formar parte de una casa después del primer año de prueba y, durante todo el período de la primera formación, que dura al menos cinco años, participan en los encuentros mensuales de formación y en los retiros espirituales dictados a tal propósito.