(Fides/InfoCatólica) «Hemos decidido construir una escuela católica. El jefe del pueblo nos aseguró la colaboración y ahora cristianos y musulmanes están construyendo juntos el nuevo edificio». Así lo afirma en una entrevista con la Agencia Fides el padre Lorenzo Snider, sacerdote de la Sociedad de Misiones Africanas (SMA) al hablar del nuevo proyecto que los religiosos del instituto misionero fundado por Mons. de Brésillac están construyendo en Kortuma, capital del distrito de Vahun, a tres horas de la ciudad de Foya.
La iniciativa, financiada gracias a las donaciones de la parroquia lombarda de Villa di Chiavenna (Italia), permitirá a un centenar de niños abandonar la chabola en la que estudiaban. «Se trata de una experiencia de comunión interreligiosa - subraya el padre Lorenzo -, que reúne a católicos y musulmanes, porque la escuela es de todos».
Además de un instituto superior en Foya, también se construirá una escuela en el pueblo de Ngesu Pio Kongor gracias a los fondos de «SMA Solidale».
«Aquí, en el barrio, había 500 niños sin acceso a la educación», dice el padre Snider, «para traer cemento tuvimos que reparar la carretera y construir puentes de madera. No habían visto un coche en diez años.
De hecho, en el noroeste de Liberia, los misioneros del SMA llevan a cabo una especie de «proyecto global»: «En la casa parroquial de Foya -explica el misionero- celebramos periódicamente semanas de formación litúrgica con los catequistas. Es una experiencia sencilla, pero extraordinaria, ya que se toman tiempo de su trabajo en el campo y de sus familias para participar en las reuniones».
Además, en colaboración con una asociación, también se presta apoyo a decenas de viudas, huérfanos y personas con discapacidad. Una estructura alberga también la actividad pastoral para los 300 jóvenes de la Catholic Children Organization que, a su vez, son misioneros entre sus compañeros. «En los últimos meses - informa el P. Lorenzo -, hemos ido al encuentro de otros jóvenes para invitarles a unirse al movimiento. Fue emocionante verlos, entusiasmados y felices, hablando y proponiéndoles una experiencia cristiana». Además, en los últimos años, a través de la Fraternité Laïque Missionnaire (Flm), los padres del SMA han reforzado el «Centro de Salud de Foya», un centro médico en el que médicos, enfermeras y asistentes pedagógicos realizan trabajos de voluntariado durante un año.
La presencia de los misioneros de la AME en Liberia desde 2013 también ha sido fundamental para la reconstrucción y el regreso de los cristianos a Foya. Las dos guerras civiles entre 1990 y 2004 obligaron a la población a huir de las atrocidades, los saqueos y la destrucción. «Tenemos una experiencia ecuménica muy fuerte aquí», dice el misionero, «porque hay 25 confesiones religiosas cristianas diferentes».
La zona fue evangelizada a mediados del siglo XIX por pentecostales, luego luteranos, episcopales y finalmente católicos. El padre Snider llegó allí hace dos años, tras haber estado en Costa de Marfil y luego en Padua, donde trabajó con solicitantes de asilo. Hoy, a pesar de las tragedias del ébola y el Covid-19, aprecia la vitalidad y el humor de los liberianos y su capacidad de reacción ante cada tragedia. «Hay elementos positivos que hay que valorar, sobre todo la juventud. La Iglesia debe caminar con ellos», señala el padre Snider. «La vida cristiana -concluye- es ante todo tener una relación profunda con Jesucristo: para los que acogen el Evangelio, la responsabilidad es trabajar juntos por el bien de todos».