(ACN/InfoCatólica) En una reunión de líderes católicos y protestantes se acordó reforzar la vigilancia y la protección armada, especialmente en los servicios dominicales. Esta medida es consecuencia de la preocupación de que la toma de poder de los talibanes en Afganistán desencadene incidentes extremistas dirigidos contra las comunidades cristianas y otras confesiones minoritarias.
Sajid Christopher, un activista por los derechos humanos pakistaní y director ejecutivo de Human Friends Organisation, ha señalado que hay temores de que el grupo asociado a los talibanes Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP) y otras organizaciones militantes aprovechen los acontecimientos en Afganistán para atacar a las minorías religiosas, incluidos los cristianos.
En declaraciones a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), Sajid Christopher dijo el jueves, 2 de septiembre: «Mientras los talibanes estaban en el poder hubo muchos atentados terroristas en Pakistán. Había organizaciones terroristas que atacaban iglesias y otras instituciones cristianas, convirtiéndose estas claramente en objetivos. El hecho de que los talibanes hayan recuperado el poder reforzará al TTP y a otros grupos islamistas, por lo que podría haber atentados en Pakistán».
Según el protocolo de seguridad ya puesto en marcha, las medidas de protección reforzadas incluyen un creciente control de la identidad de las personas que entran en los recintos de las iglesias en coche, detectores de metal utilizados cuando la gente entra en los lugares de culto y una presencia armada reforzada a la entrada de las iglesias.
Christopher ha advertido de que también corre peligro la seguridad de los musulmanes más moderados: «Entre las comunidades musulmanas pacíficas y progresistas también hay miedo, pero hay quien tiene una mentalidad militante y está contento de que los talibanes hayan recuperado el poder».
Estas declaraciones se producen en un momento en el que se teme por la seguridad de lo que queda de la comunidad cristiana de Afganistán, a saber, de los que no han podido formar parte de la evacuación masiva de la semana pasada de las personas más expuestas, principalmente, grupos no nativos.
Al parecer, los combatientes talibanes han ido casa por casa para localizar a los cristianos y otras minorías, y hay noticias de personas a las que han ordenado entregar sus teléfonos bajo la amenaza de ser asesinados en el acto si se descubre que sus dispositivos contienen versículos de la Biblia o material devocional.
A principios de esta semana, el exembajador para la Libertad Religiosa de Estados Unidos, Sam Brownback, ha advertido de un genocidio contra los cristianos y otras minorías en Afganistán. Según se ha sabido, ha dicho: «Esta es una situación mortífera y catastrófica que podría conducir fácilmente a un genocidio».