(AS/InfoCatólica) Esta conclusión cambia el paradigma que había hasta ahora, que mantenía que los virus respiratorios como la gripe, el sarampión o los rinovirus se propagaban por gotas de personas contagiadas que impactaban en otras personas al estornudar o toser. Incluso también se creía que las superficies contaminadas por esas gotitas podrían causar contagios.
Este anterior paradigma, implantado por Charles Chapin a inicios del siglo XX no explicaba los casos de contagios masivos en interiores que se han sucedido durante la actual pandemia. Para entender esto, y poder sacar conclusiones, un grupo multidisciplinar de expertos de EE. UU., Israel y Taiwán han revisado una gran cantidad de documentación científica y han publicado los resultados esta semana en la revista ‘Science’.
La propagación aérea es la más probable
Durante la revisión de los documentos de diversos estudios, los expertos comprobaron que la causa más probable de propagación era la transmisión aérea, pues en todos los casos, los contagios se produjeron al inhalar el aire de una habitación con mala ventilación y en la que habían permanecido más de una hora sin hacer un correcto de las mascarillas.
«La transmisión por inhalación de aerosoles cargados de virus se ha infravalorado durante mucho tiempo. Toca revisar los modelos de prevención convencionales y adaptarlos a los aerosoles para proteger contra esta vía de transmisión, concluye el líder del estudio, Chia C. Wang.
Comunión en la boca versus comunión en la mano
Las conclusiones del estudio sirven también para demostrar que no tiene sentido obligar o recomendar a los fieles a que comulguen en la mano en vez de hacerlo en la boca, que es la forma más tradicional y piadosa. Ya el año pasado un grupo de médicos católicos pidieron a la Conferencia Episcopal de Austria que levantaran la lamentable prohibición de comulgar en la boca, que además es contraria al derecho canónico.
Y el profesor Filippo Maria Boscia, Presidente de la Asociación de Médicos Católicos de Italia, hizo una clara declaración sobre esta cuestión:
«Como médico, estoy convencido de que la comunión de manos es menos higiénica y por lo tanto menos segura que la comunión en la boca. Lo que es seguro es que las manos son las partes del cuerpo más expuestas a los patógenos».