(ACIPrensa/InfoCatólica) Recientemente, gracias a la Diócesis mexicana de Apatzingán, se difundió por las redes una carta escrita por el padre Jorge Luis Martínez Chávez, párroco de la parroquia Santiago Apóstol en Coalcamán, donde pedía auxilio y apoyo de parte de las autoridades para su región.
El padre expresaba la situación de riesgo en la que se encuentran, debido a las amenazas que representan los cárteles de narcotráfico. Expresó que «la gente vive en incertidumbre por la violencia».
Apatzingán se trata de un poblado muy limitado, cercano al pueblo de Aguililla. Ambos se encuentran ubicados en los occidentes del estado mexicano de Michoacán y la pastoral es administrada por la Diócesis de Apatzigán.
El padre Jorge añade que «Coalcomán es una población de poco más de 12.000 habitantes dedicados a la agricultura, ganadería, silvicultura y al comercio principalmente».
Estos lugares han sido gravemente afectados por las luchas por el control de la zona de los narcotraficantes. «Nos han robado la paz», denuncia el padre Martínez, alegando que «hasta hace poco, el pueblo vivía en relativa tranquilidad, la prosperidad se veía reflejada en todas partes. (…) La guerra entre los cárteles nos está “llevando entre las patas”», refiriéndose a la destrucción causada.
«Vivimos en una situación semejante a la de Aguililla, la gente vive en incertidumbre por la violencia: quema de carros, bloqueos de carreteras, asesinatos por todas partes, exilios forzados, destrucción de la carretera hacia Michoacán, destrucción de las líneas telefónicas, poco acceso a internet y rodeados por gente armada que defiende sus intereses», dijo también el párroco de Coalcamán. «Podría pensarse que estamos solos, sin quien nos auxilie por la penuria que estamos pasando».
A pesar de todo esto, cuando la población se acercó al cuartel militar más cercano en busca de ayuda «les dijeron que necesitaba órdenes superiores. Sí, hay un cuartel militar con cientos de soldados, “que esperan órdenes” mientras a nosotros nos siguen destruyendo».
El padre Jorge destacó indignado que no reciben apoyo puesto que la violencia del narcotráfico se trata de un «delito federal» y «ni qué decir de la Policía Municipal».
Finalizó su carta rogando la ayuda de las autoridades: «¡AUXILIO! no queremos tener la suerte de Aguililla, aunque estamos al borde».
Se calcula que los últimos 3 años han sido los más violentos de toda la historia del pueblo mexicano, los cuales coinciden con los tres primeros años de mandato del actual presidente Andrés Manuel López Obrador.
En lo que va del 2021, se lleva registro de más de 17.000 víctimas de asesinatos en todo el país, y en Michoacán se cuentan más de mil homicidios.
Según el Índice de Paz México 2021, Michoacán se encuentra como el 10mo lugar más violento de todo el país.
Y, respecto al listado anual de las 50 ciudades más inseguras del mundo de 2020, 18 de estas pertenecen a México, encabezado por 6 de ellas: Celaya, Tijuana, Ciudad Juárez, Ciudad Obregón, Irapuato y Ensenada.
Entre estas ciudades altamente peligrosas, se encuentran Uruapan, en el octavo lugar, y Morelia, en el 27. Ambas pertenecen al estado de Michoacán.