(ACIPrensa/InfoCatólica) La iglesia Cristo Obrero y Nuestra Señora de Lourdes, la cual forma parte de la Diócesis de Canelones en Uruguay, fue nombrada recientemente como Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
El Obispo de Canelones, monseñor Heriberto Bodeat, al enterarse de la noticia declaró: «Entre todos y con las ayudas que esta declaración puede hacer posible, asumiremos la responsabilidad de conservar este bien, facilitar que sea visitado y apreciado y que siga siendo, ante todo “casa de oración”, lugar de encuentro de los hombres con Dios».
Respecto a los detalles que hacen resaltar esta Iglesia, podemos encontrar que consta de un campanario, un baptisterio y una nave central con dimensiones de 16 metros de ancho y 33 de largo.
Fue diseñada en 1952 por Eladio Dieste, ingeniero civil uruguayo, quien fue reconocido mundialmente por haber logrado una nueva técnica denominada «cerámica armada» y el desarrollo de «bóvedas de doble curvatura».
Estas técnicas fueron aplicadas en la iglesia catalogada y su proceso de construcción tomó desde 1958 hasta 1960, ubicada en el km 164 de la Ruta 11 en Estación Atlántida.
Otro aspecto característico de la iglesia de Cristo Obrero y Nuestra Señora de Lourdes es la luz natural que se refleja en el interior mediante coloridos vitrales, así como el contraste logrado gracias a las formas rectas y curvas que se aprecian tanto en el interior como en el exterior.
La iglesia «es en sí misma una representación de todas las obras construidas» por Dieste y de «su sensibilidad humanista», aclaró en un video la Fundación Eladio Dieste. Asimismo, dio las gracias por «la maestría y compromiso de los obreros» que participaron en su construcción, a la empresa Dieste y Montañez y el «espíritu de vanguardia del Uruguay».
Para celebrar el importante nombramiento, se realizará una misa el próximo sábado 31 de julio a las 11:00 am (hora local) y se hará un significativo homenaje a Eladio Dieste (1917-2000) y a los esposos encargados de la donación de la obra, Alberto Giudice y Adela Urioste.