(Vatican.news) En su audiencia general de esta mañana, celebrada en el Patio de San Dámaso del Palacio Apostólico, ante un número reducido de fieles y peregrinos de diversos países, el Santo Padre, después de un largo itinerario dedicado a la oración, comenzó un nuevo ciclo de catequesis para reflexionar acerca de algunos temas que el Apóstol Pablo presenta en su Carta a los Gálatas.
Libertad, gracia y modo de vida cristiano
Hablando en nuestro idioma, el Papa explicó que esta Carta, por una parte, ayuda a conocer mejor la vida del Apóstol, incluyendo su conversión y su seguimiento de Jesús. A la vez que, por otra parte, nos invita a profundizar en algunas cuestiones importantes que plantea y que, según el Santo Padre, también son actuales hoy en la Iglesia, tales como la cuestión de la libertad, la gracia y el modo de vida cristiano.
San Pablo advirtió un peligro…
Al resumir la vida del Apóstol, el Pontífice destacó que tras fundar algunas comunidades en la región de Galacia, San Pablo advirtió un peligro, puesto que comenzaban «a infiltrarse algunos cristianos provenientes del judaísmo que exponían teorías contrarias, y se presentaban como los únicos poseedores de la verdad, sembrando confusión y división».
«Lo que nosotros debemos notar es la preocupación pastoral de Pablo que, después de haber fundado estas Iglesias, se da cuenta de un gran peligro que corren para su crecimiento en la fe»
Esas primeras y pequeñas comunidades – prosiguió el Papa – gracias al Apóstol «habían conocido la vida nueva y la libertad en Cristo», sin embargo, «a partir de ese momento y ante estas críticas y tensiones, su fe comenzó a tambalear».
Los dueños de la verdad
También hoy, como en aquellos tiempos, algunos presentan el cristianismo como si fueran los ‘dueños de la verdad’, con la tentación de encerrarse en algunas formas y tradiciones del pasado, como posible solución para las crisis.
Por esta razón Francisco afirmó que frente a «esta tentación», la enseñanza que nos da el Apóstol en la Carta a los Gálatas es que «sigamos el camino liberador y siempre nuevo de Jesús crucificado y resucitado» y que:
«Continuemos la vía del anuncio, que se realiza por medio de la humildad y la fraternidad; y que lo hagamos confiados, con la certeza de que el Espíritu Santo siempre actúa y guía a la Iglesia»