(InfoCatólica) La campaña, lanzada por la Fundación Grupo Proelio y denominada «Cada vida es un milagro», cuenta las historias de niños nacidos con discapacidades, en muchos casos después de que los médicos aconsejaran a sus madres que consideraran el aborto.
En un vídeo de presentación de la campaña, la fundadora de la fundación, Magdalena Korzekwa-Kaliszuk, dijo:
«Ponemos en marcha la campaña de la Fundación Grupo Proelio para mostrar que la vida de todo ser humano tiene un sentido, que no se puede matar a las personas antes de nacer por una supuesta enfermedad o discapacidad.
En esta campaña presentamos las historias de personas concretas, que corrieron el riesgo de ser asesinadas antes de nacer y, sin embargo, están vivas».
La campaña se lanza a raíz de una sentencia histórica sobre el aborto dictada por el Tribunal Constitucional de Poloniam declarando inconstitucional el aborto por anomalías fetales.
Antes de que la sentencia entrara en vigor, la legislación polaca permitía el aborto en caso de violación o incesto, riesgo para la vida de la madre y también de detección de anomalías fetales.
Ochenta historias personales
La campaña presenta más de 80 historias personales. Entre ellas, la de un niño llamado Nathan. A su madre le dijeron que nacería sin brazos tras una ecografía en el octavo mes de embarazo.
«No recibí ningún apoyo psicológico en ese momento», escribió. «Estaba desolada. Mi médico me dijo: 'Es una pena que no te hayas enterado antes de este defecto porque podríamos haber interrumpido el embarazo, pero ahora es demasiado tarde. Tienes que dar a luz'».
Nathan fue sometido a múltiples operaciones quirúrgicas después de nacer. «Ahora nuestro hijo tiene cuatro años y medio y está muy bien», dice su madre. «Sus manos agarran, juega utilizando tanto las piernas como las manos, y avanza como una tormenta. Lleva sonriendo el 98% de su vida y aporta mucha alegría a nuestra familia. Estoy orgullosa de tener un guerrero así».
Y añade:
«Las personas como Nathan son una minoría y eso las hace especiales. Nuestro hijo tiene las manos pequeñas, pero, como dice de sí mismo, tiene un gran corazón. Esos niños también tienen derecho a vivir».
Los organizadores de la campaña afirman que también abordan los casos más difíciles, como los de niños que murieron poco después de nacer.
«Los testimonios de padres que vivieron esta dramática situación, y que decidieron compartir con nosotros experiencias muy personales, no dejan lugar a dudas de que tanto para el niño como para los padres lo mejor es que se les dé la oportunidad de vivir al menos un breve tiempo juntos», aseguran.
El sitio web también recoge la historia de un niño llamado Franek, contada por su padre Paweł, que vivía en el Reino Unido con su mujer, Olga. Después de que Olga se quedara embarazada, las pruebas prenatales dijeron que el niño tendría un pie zambo, un riñón muy pequeño y anomalías en la estructura del cerebro. Los médicos recomendaron repetidamente el aborto.
«Estábamos desolados y aterrorizados. Nos resultaba difícil pensar en cómo sería nuestra vida con un niño enfermo y discapacitado, pero nos resultaba igualmente difícil imaginar cómo alguien podía matar a nuestro hijo inyectándole veneno en el corazón», escribió Paweł.
La pareja decidió volver a su tierra natal.
«Volamos a Polonia en busca de un milagro (...) En Wąwolnica, donde hay un santuario mariano en el que se han producido muchos milagros. Allí ofrecimos a nuestro hijo a María para que cuidara de él», escribió el padre.
«Creemos firmemente que sigue haciéndolo y que fue ella quien nos llevó a Dios en aquel momento. Desde entonces, hay paz en nuestros corazones en lugar de miedo. Dijimos 'sí' a la voluntad de Dios, fuera cual fuera».
Su hijo nació el 16 de agosto de 2019 por cesárea. Paweł dijo: «Aunque no podemos decir que es un bebé 100% sano, es nuestro milagro. La mayoría de las predicciones de las pruebas genéticas no se hicieron realidad. No hay anomalías en su cerebro. También tiene dos riñones de estructura y tamaño adecuados. No tenía ni labio ni paladar hendido».
Resumiendo la campaña, sus creadores dijeron:
«Queremos transformar los corazones y las conciencias de las mujeres y los hombres polacos, mostrando que todo ser humano merece la vida».
Los testimonios se pueden encontrar en www.cudzycia.pl