(InfoCatólica) Simón, manchega, hija y nieta de comunistas, está embarazada de 8 meses. Dirigiéndose al presidente del gobierno, Pedro Sánchez, dijo:
«Está muy bien ayudar a empresas ecológicas y ponerle wifis al campo. Pero no habrá agenda 2030 ni plan 2050 si en 2021 no hay techo para las placas solares porque no tenemos casas, ni niños que se conecten al wifi porque no tenemos hijos».
La periodista le explicó a Sánchez que «con 28 años he vivido tres ERES y mi contrato temporal finaliza dos días después de la fecha programada para mi primer parto. No tengo coche ni hipoteca, porque no puedo. Así que si realmente quieren plantarle cara al reto demográfico, apuesten por las familias».
Simón advirtió que «cualquier plan demográfico ha de pasar, en primer lugar, por fomentar el acceso al trabajo y a la vivienda para que los jóvenes de pueblo no nos veamos obligados a hacinarnos en grandes ciudades y se vacíen hasta las capitales de provincia; pasa por revertir lo que nos trajo aquí, por reindustrializar el país, por una regulación inmobiliaria sin medias tintas y por medidas que beneficien nuestros productos frente a los de fuera».
Capitalismo que importa natalidad
Además se manifestó en contra de usar la inmigración como herramienta para mantener las pensiones y pidió «recuperar la soberanía perdida frente al capitalismo global y europeo, un capitalismo que también prefiere importar de fuera la natalidad en lugar de fomentarla dentro. No sé a ustedes señorías, pero a mí se me ponen los pelos de punta cada vez que se habla de necesitar inmigrantes que nos paguen las pensiones como si las personas fuesen divisas».
Y añadió:
«Migrar fue un trauma para mi abuelo en los 70 y para mis amigos en la crisis de 2008. Mientras les pedimos a los inmigrantes que paguen nuestras pensiones no les estamos permitiendo pagar las de sus padres y las de sus abuelos en sus países de origen y eso a mí me suena robarle la mano de obra a los que hace siglos les robamos el oro».
LaLa manchega finalizó su discurso contando la historia de su familia y dejando varios datos para la reflexión.
«La aldea global arruinó la aldea real: en los 70, mi abuelo podía mantener ocho hijos con 12 hectáreas de vides. Ahora mi primo Rubén, el único que aún se dedica al campo, se las ve y se las desea para poder sacar adelante a sus tres hijas. Y aun así es un afortunado por tener familia. Porque la mayoría de los de mi edad no la tiene, señorías. Muchos se sorprenden de que vaya a tener un hijo a los 29: nuestra media de edad para el primero es de 32. En España hay más madres de 40 que de 25. Y es normal: tenemos un 40% de paro juvenil y los salarios de los jóvenes son un 50% más bajos que en los 80. Y así, ¿cómo no envidiar la vida de nuestros padres?».