(The Pillar/Crux/InfoCatólica) La carta al presidente de la USCCB fue firmada por varios cardenales estadounidenses, entre ellos el cardenal Wilton Gregory de Washington, el cardenal Blase Cupich de Chicago y el cardenal Sean O'Malley de Boston. El cardenal neoyorquino Timothy Dolan, originalmente uno de los firmantes de la carta, retiró su nombre del texto después de su envío.
En ella se insta a que se detenga el trabajo del comité sobre la «coherencia eucarística», y a que se elimine del programa de la reunión plenaria de los obispos de junio el debate previsto sobre el tema. Quieren que se debata más adelante cuando haya una plenaria presencial y no telemática debido a la pandemia.
«Habiendo recibido la carta del 7 de mayo de 2021 de Su Eminencia el Cardenal Luis F. Ladaria, SJ, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, instamos respetuosamente a que toda la discusión de la Conferencia y el trabajo de los comités sobre el tema de la dignidad eucarística y otras cuestiones planteadas por la Santa Sede se pospongan hasta que el cuerpo completo de obispos pueda reunirse en persona», dice texto de la carta distribuida entre los obispos para su firma, y que ha sido obtenido por The Pillar por múltiples fuentes. No se entiende bien la dilación, pues el modelo de intervención en la plenaria de junio será prácticamente el mismo que en el resto de plenarias.
La carta del 7 de mayo de Ladaria instaba a que «el diálogo... tuviera lugar entre los obispos para que pudieran acordar como Conferencia que el apoyo a la legislación pro-aborto no es compatible con la enseñanza católica».
Pero «el alto nivel de consenso entre nosotros y de mantenimiento de la unidad con la Santa Sede y la Iglesia Universal, tal y como lo expuso el cardenal Ladaria, está lejos de alcanzarse en el momento actual», reza el texto obtenido por The Pillar.
«Además, dado que el sólido consejo teológico y pastoral del Prefecto abre un nuevo camino para avanzar, deberíamos aprovechar esta oportunidad para replantear la mejor estructura colegial para lograrlo», añade el texto.
Es decir, el cardenal prefecto de Doctrina de la Fe creía necesario que todos los obispos se pongan de acuerdo sobre lo que la propia Iglesia ha enseñado repetidamente en las últimas décadas. Y tal cosa no es posible.
The Pillar confirmó que la carta fue enviada a Gómez con el membrete de la Archidiócesis de Washington. Las fuentes aseguraron que la iniciativa se organizó principalmente por los cardenales Gregory y Cupich.
Fuentes eclesiales han asegurado a The Pillar que 68 obispos diocesanos y auxiliares habían firmado inicialmente la carta.
Un portavoz de la archidiócesis de Nueva York confirmó a The Pillar el lunes que el cardenal Dolan firmó inicialmente la carta, pero que posteriormente pidió que se retirara su nombre como firmante. El portavoz se negó a responder a otras preguntas sobre la participación de Dolan en el asunto.
Reacción de los obispos fieles al Magisterio
La reacción a la carta por parte de los obispos que más se han significado por defender la sana doctrina católica sobre el aborto y la comunión, no se ha hecho esperar.
El arzobispo de San Francisco, Mons. Salvatore Cordileone, ha sido claro:
«Estoy profundamente apenado por la creciente acritud pública entre los obispos y la adopción de maniobras a puerta cerrada para interferir con los procedimientos aceptados, normales y acordados de la USCCB.
Aquellos que no quieren emitir un documento sobre la coherencia eucarística deberían estar abiertos a debatir la cuestión de forma objetiva y justa con sus hermanos obispos, en lugar de intentar desbaratar el proceso».
De igual manera, el arzobispo de Denver, Mons. Samuel J. Aquila, dijo que quería mantener el debate tal y como estaba previsto para la reunión de junio:
«Como he escrito anteriormente, la cuestión de la coherencia eucarística es principalmente 'una cuestión de amor, una cuestión de caridad hacia el prójimo'. San Pablo es claro en cuanto a que hay peligro para el alma si se recibe el cuerpo y la sangre de nuestro Señor de manera indigna'.
Como obispos, faltamos a nuestro deber de pastores si ignoramos esta verdad y cómo se está manifestando en la sociedad actual, especialmente en lo que respecta a aquellos que ocupan posiciones prominentes que rechazan las enseñanzas fundamentales de la Iglesia e insisten en que se les permita recibir la comunión»
Posteriormente, el obispo Richard Stika de Knoxville aprovechó su mediática presencia en las redes sociales para decir que «es imperativo que los obispos de los Estados Unidos tengan la capacidad de discutir la recepción por parte de los funcionarios públicos católicos, la Eucaristía». «Estos funcionarios, como el presidente Biden, controlan la vida a través de la ley», escribió.
No se ponen de acuerdo sobre un asunto elemental
La realidad es que esta carta de presión a Mons. Gómez muestra bien a las claras la gran división dentro del episcopado de Estados Unidos.
- Por una parte están aquellos obispos que asumen la doctrina católica sobre el aborto y la coherencia eucarística expresada por Benedicto XVI, tanto siendo Papa como en su etapa como Cardenal Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. El papa alemán dejó siempre claro que los políticos católicos que apoyan el aborto y otras leyes inicuas no pueden comulgar.
- Por otra parte, están los obispos que rechazan la doctrina católica y pretenden que se puede ser proabortista y comulgar.
- Y luego están los que creen, al igual que el cardenal Ladaria, que es más importante la unidad de los obispos que el servicio a la verdad en esta materia.