(La Croix/InfoCatólica) El grupo de treinta teólogos alemanes afiliados a ambas confesiones ha vuelto a publicar un alegato -ya lo hicieron en mayo del año pasado-, titulado Reconciliación después de 500 años, en el que se insta a las autoridades católicas y luteranas a retirar las condenas que católicos y luteranos se lanzaron hace cinco siglos.
Fundado en 1999 cerca de Colonia, el grupo de debate ecuménico de Altenberg pide principalmente la anulación de la bula Decet Romanum Pontificem, que supuso la excomunión de hereje germano, pero también que los protestantes renuncien a la caracterización luterana del Papa León X como «anticristo».
la teóloga católica Johanna Rahner, profesora de la Universidad de Tubinga, al sur de Stuttgart, y miembro del colectivo, considera que dicha caracterización se «debía menos a sus verdaderas convicciones teológicas y más al 'estilo de la época retórica', así como a los 'grandes temores apocalípticos' que el reformador albergaba a medida que envejecía».
«La trágica historia, que convirtió a Martín Lutero y al Papa León X en adversarios irreconciliables, sigue reclamando nuestra atención 500 años después de los hechos», subraya el grupo de Altenberg en el preámbulo de su texto.
Y añaden:«Hoy debemos reconocer que existe la posibilidad de ver las cosas de una manera más justa y serena. (...) En los diálogos ecuménicos posteriores al Concilio Vaticano II, ha quedado cada vez más claro que estos reproches ya no son mantenidos por el luteranismo».
De heresiarca a testigo del evangelio
Además dicen que se han producido grandes avances de las últimas décadas: «el resultado de estos diálogos es que Martín Lutero, antes acusado de herejía, puede ahora ser mejor entendido como un 'testigo de Jesucristo', tal como se formuló en la Declaración de la Comisión Mixta Luterano-Católica Romana (1983). Además, la Declaración Conjunta sobre la Doctrina de la Justificación (JDJ) de 1999 elaboró el mensaje de la redención por medio de Jesucristo como la base de la fe que une muy profundamente no sólo a luteranos y católicos, sino también a las comuniones mundiales de metodistas, reformados y anglicanos»
Lo que este grupo ecuménico no dice es que cientos de teólogos luteranos, así como la iglesia luterana de Dinamarca, rechazaron la declaración conjunta de 1999 porque aseguraban que se alejada de la doctrina solafideísta de Martín Lutero. De hecho, salvo en los sectores liberales del protestantismo, que se han alejado radicalmente de los principios de la Reforma protestante, el rechazo a dicha declaración ha sido unánime en el mundo protestante.
El alegato continúa pidiendo varias medidas para «el presente y el futuro del ecumenismo», entre las que destacan dos peticiones: una directamente al Papa Francisco para que la bula papal que excomulga a Lutero no se aplique a los protestantes de hoy; y otra pidiendo al reverendo Musa Panti Filibus, arzobispo de Nigeria y presidente de la Federación Luterana Mundial, que declare que la condena de los papas como «anticristo» no se aplica en sí misma al papado actual.
Declaración conjunta
En la misma línea, este alegato insta finalmente a la Conferencia Episcopal Alemana (DBK) y a la Iglesia Protestante en Alemania (EKD) a emitir una «declaración pública conjunta» de arrepentimiento sobre los hechos de los años 1500, que dieron lugar a estas graves tensiones mutuas. «De este modo, mostrarían una preocupación por superar las condenas anteriores y evitar una recaída en las diferencias mutuas o incluso en las condenas», afirman los teólogos. Estas iniciativas supondrían, según ellos, un paso importante hacia la reconciliación entre las dos grandes familias cristianas, cuyas relaciones fueron en su día tan tormentosas.
Dos religiones distintas
De las enormes diferencias doctrinales que separan hoy al luteranismo y el catolicismo, no dicen nada. Luteranos y católicos no tienen ni siquiera la misma Biblia -los luteranos no aceptan los Deuterocanónicos-. No tienen los mismos sacramentos. No comparten la misma doctrina sobre la Eucarístía -los luteranos rechazan la Misa como sacrificio-. No creen lo mismo sobre la Virgen María, Madre de Dios, Inmaculada Concepción y Asunta al cielo. Tampoco comparten la misma fe en sobre la comunión de los santos. Los luteranos no aceptan el culto a las imágenes. Etc.