(Aica) Tras considerar que las medidas que se adopten para cuidar la salud de la población deben respetar «los derechos y garantías» consagrados por la Constitución Nacional, los obispos reclamaron diálogo y el trabajo conjunto a fin de «estudiar y encontrar las mejores alternativas que ayuden a salvaguardar la vida humana en su integralidad».
Asimismo, destacaron los esfuerzos realizados hasta el momento y el cumplimiento de las medidas y protocolos para las celebraciones religiosas.
«Estas nuevas restricciones parecen desconocer este valioso esfuerzo de nuestro pueblo, imponiendo condiciones que dificultan aún más la participación de los fieles en todas las actividades religiosas. Sumar restricciones, no es la solución que nuestro pueblo espera y necesita para crecer en la responsabilidad personal y social».
Los obispos santafesinos reiteran su pleno agradecimiento a «la gran vocación de servicio de todos los agentes de salud, trabajadores de la educación y agentes de seguridad, que realizan un formidable esfuerzo en la lucha contra esta pandemia» y renuevan su compromiso con «el cuidado y salvaguarda de la salud de todas y cada una de las personas, en especial de las más débiles y vulnerables».
Firman el comunicado monseñor Sergio Alfredo Fenoy, arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz; monseñor Eduardo Eliseo Martín, arzobispo de Rosario; monseñor Ángel José Macín, obispo de Reconquista); monseñor Luis Alberto Fernández, obispo de Rafaela; monseñor Gustavo Arturo Help, obispo de Venado Tuerto; y monseñor Han Lim Moon, obispo coadjutor de Venado Tuerto.
Texto del comunicado
Los obispos de la Provincia de Santa Fe queremos expresar nuestro desconcierto y convencida disconformidad ante las nuevas medidas restrictivas, dispuestas por el Gobierno Provincial, mediante las cuales se prohíbe toda actividad religiosa en lugares cerrados.
Comprendemos la necesidad de adoptar medidas sanitarias para luchar contra la pandemia, cuidando así la salud de nuestro pueblo. Sin embargo, las mismas deben ser aplicadas con el máximo respeto a los derechos y garantías consagrados por nuestra Constitución Nacional.
Esto, necesariamente, implica el diálogo y el trabajo conjunto de todos los actores de la sociedad comprometidos en cada ambiente, para estudiar y encontrar las mejores alternativas que ayuden a salvaguardar la vida humana en su integralidad.
La religiosidad es el alma de los pueblos latinoamericanos, por eso la dimensión religiosa de la persona humana es un aspecto esencial del bienestar integral de la población y el fortalecimiento espiritual de las personas; por lo cual las medidas y disposiciones que tomen las autoridades deberían atender siempre a su resguardo.
En todo este tiempo, nuestras comunidades cristianas han aprendido a cuidarse cumpliendo con todos los protocolos sanitarios, siendo muy respetuosas de los mismos. Por ejemplo: a la reducción de la capacidad de asistentes a nuestros templos, el distanciamiento y la ventilación en edificios que por su arquitectura son amplios y espaciosos, hemos sumado otras medidas como quitar el saludo de la paz en la Misa, el agua bendita en los ingresos al templo, solo por citar algunas.
Estas nuevas restricciones parecen desconocer este valioso esfuerzo de nuestro pueblo, imponiendo condiciones que dificultan aún más la participación de los fieles en todas las actividades religiosas. Sumar restricciones, no es la solución que nuestro pueblo espera y necesita para crecer en la responsabilidad personal y social.
Reiteramos nuestro pleno agradecimiento a la gran vocación de servicio de todos los agentes de salud, trabajadores de la educación y agentes de seguridad, que realizan un formidable esfuerzo en la lucha contra esta pandemia. Asimismo, renovamos nuestro compromiso con el cuidado y salvaguarda de la salud de todas y cada una de las personas, en especial de aquellas más débiles y vulnerables.+