(InfoCatólica) «Por todas las razones aquí expuestas y por otras, junto con un número ilimitado de bautizados (muchos de los cuales no quieren o no pueden expresar su pensamiento) suplico humildemente al Santo Padre que disponga el retiro de las recientes normas dictadas por la Secretaría de Estado, las cuales faltan tanto a la justicia como al amor, no corresponden a la verdad ni al derecho, y no facilitan, sino que más bien ponen en peligro el decoro de la celebración, la participación devota en la Misa y la libertad de los hijos de Dios».
Con esas palabras acaba el cardenal Sarah su artículo sobre la nueva normativa que rige la celebración de Misas en la Basílica de San Pedro en Roma. El purpurado da la razón en su texto a las objeciones plantedas por los cardenales Burke, Müller y Brandüller sobre la misma cuestión.
El cardenal recuerda que «la celebración individual por parte de un sacerdote sigue siendo obra de Cristo y de la Iglesia. El Magisterio no sólo no la prohíbe, sino que la aprueba, y recomienda que los sacerdotes celebren la Santa Misa todos los días, porque de cada Misa fluye una gran cantidad de gracias para el mundo entero».
Advierte que es un «hecho singular forzar a los sacerdotes a concelebrar. Los sacerdotes pueden concelebrar si lo desean, ¿pero se les puede imponer la concelebración? La gente dirá: ¡si no quieren concelebrar, que se vayan a otro lado! ¿Pero es éste el espíritu de acogida de la Iglesia que queremos encarnar»?
Y añade:
«¡Muchos sacerdotes vienen a Roma en peregrinación! Es muy normal que ellos, aunque no tengan un grupo de fieles que les siga, alimentan el sano y hermoso deseo de poder celebrar la Misa en San Pedro, quizás en el altar dedicado a un santo por el que tienen especial devoción. ¿Durante cuántos siglos la Basílica ha acogido a estos sacerdotes? ¿Y por qué ahora no quiere acogerlos más, si no aceptan la imposición de la concelebración?»
Igualmente pregunta el cardenal: «¿Qué harán los sacerdotes que llegan a Roma y no saben [hablar] italiano? ¿Cómo harán para concelebrar en San Pedro, donde las concelebraciones se celebran sólo en italiano?»
El Prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, apunta a la cuestión de la Misa tridentina:
«...en base a las nuevas normas, ¿qué debería hacer un sacerdote que deseara legítimamente seguir celebrando la Misa en forma individual? No tendría más remedio que celebrarlo en la forma extraordinaria, ya que se le impide celebrarla individualmente en la forma ordinaria».
Y apunta además a que se atenta contra lo dispuesto por Benedcto XVI:
«También es singular la decisión respecto a la forma extraordinaria del rito romano...
... se especifica incluso que dichas celebraciones serán realizadas únicamente por sacerdotes «autorizados». Esta indicación, además de no respetar las normas contenidas en el Motu Proprio «Summorum Pontificum» de Benedicto XVI, es también ambigua: ¿quién debería autorizar a esos sacerdotes?»