(NCRegister/InfoCatólica) De ahora en adelante, los sacerdotes sólo pueden concelebrar las misas en el cuerpo principal de la basílica por la mañana entre las 7 y las 9.30, hora de Roma, lo que supone una ruptura con la costumbre habitual de permitir a los sacerdotes celebrar libremente y de forma habitual su misa diaria en los numerosos altares de la basílica.
La misa tradicional en latín, hasta ahora permitida en el cuerpo principal de la basílica, fue celebrada ayer por un «sacerdote autorizado» en la pequeña Capilla Clementina, en la gruta bajo la basílica, como estipula la instrucción del Vaticano del 12 de marzo.
La directiva de cinco puntos, inusualmente dirigida a los administradores de la basílica desde la Secretaría de Estado, en lugar del cardenal arcipreste de la basílica, y clavada en la puerta de la sacristía de la basílica, ha suscitado mucha controversia desde que salió a la luz pública hace 10 días.
«Están muy molestos», dijo una fuente al Register. «Muy pocos de ellos están aquí participando en las misas concelebradas esta mañana como protesta por los cambios», dijo la fuente, añadiendo que la posibilidad de celebrar la misa individualmente en la basílica era una de las pocas oportunidades que tenían los sacerdotes que trabajan como funcionarios del Vaticano de ejercer su sacerdocio.
La instrucción, rubricada por el arzobispo Edgar Peña Parra, subsecretario de Estado, establecía que, para garantizar «un ambiente de recogimiento y decoro litúrgico», se «suprimirían» las celebraciones individuales en los altares laterales de San Pedro a partir del 22 de marzo.
Los sacerdotes y los fieles que acudan a la basílica para asistir a la misa, a partir de ahora, sólo podrán participar en una de las cuatro misas concelebradas cada mañana, así como en otras misas concelebradas durante el día en los altares principales.
La directiva también establecía que las concelebraciones debían contar con la asistencia de lectores y cantores, y que los grupos de peregrinos acompañados por un obispo o sacerdote debían celebrar ahora la misa en las grutas vaticanas situadas bajo la basílica. Los «sacerdotes autorizados» ahora sólo pueden celebrar la Misa en la Forma Extraordinaria en la Capilla Clementina en cuatro horarios fijos cada mañana, limitados a 30 minutos.
Burke dice que es ilegal
En una declaración del 13 de marzo, el cardenal Raymond Burke, prefecto emérito de la Signatura Apostólica, el más alto tribunal de la Iglesia, dijo que la directiva era una «violación directa de la ley universal de la Iglesia», que atentaba contra los métodos estándar para hacer cambios en la Sagrada Liturgia, y que por lo tanto debería ser «rescindida inmediatamente».
Él y otros críticos de la directiva dicen que condiciona injustamente a los sacerdotes a concelebrar las misas en violación de su libertad de ofrecer la misa individualmente. Los fieles de todo el mundo que acudan a la basílica también se verán ahora casi siempre limitados a participar en las misas en italiano.
Müller asegura que la Secretaría de Estado no puede hacer eso
El cardenal Gerhard Müller, prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que comentó en el programa The World Over de EWTN la semana pasada que la Secretaría de Estado no tenía competencia legal ni teológica para tomar tal decisión, dijo al Register el 22 de marzo que tendrá el efecto de hacer que el clero que trabaja en el Vaticano se sientan y sean «más como funcionarios y con menos identidad sacerdotal».
La directiva, que según él es un «documento despiadado y autoritario, impuesto sin consulta ni sinodalidad», representa una «comprensión secularizada» de la misa como entretenimiento religioso, desprecia «la tradición espiritual católica del sacerdocio de celebrar la misa todos los días» y es una prueba más de la «autosecularización de la Iglesia»
«Es todo muy superficial», dijo, y añadió que es «absolutamente obvio que este documento ha sido hecho por hombres, anónimos en el fondo, que no saben nada de teología católica.»
El cardenal Müller dijo que los autores de la directiva «quieren tener este 'recogimiento y decoro' pero no es la realidad». En cambio, cree que están dando «un ejemplo totalmente malo a toda la Iglesia, porque la Santa Iglesia Romana es Mater et Magistra, para toda la Iglesia, y debe dar el mejor ejemplo de la liturgia romana».
Añadió que espera que no haga que la basílica «se parezca cada vez más a un museo».
Weigel está triste
Escribiendo en Catholic World Report, George Weigel, distinguido miembro senior del Ethics and Public Policy Center, predijo que «San Pedro será mucho menos una casa de oración de lo que solía ser», algo que consideró «una gran tristeza, especialmente en un momento en que la Iglesia y el mundo necesitan urgentemente el poder de la Eucaristía y el testimonio de una intensa piedad eucarística.»
Todavía no está claro quién está detrás de la directiva, que se ha discutido durante muchos años, pero que ha coincidido con la salida en febrero del anterior arcipreste, el cardenal Angelo Comastri, que era conocido por su resistencia a este cambio. Fuentes fiables han dicho al Register que el papa Francisco lo autorizó él mismo con la ayuda de uno de sus confidentes más cercanos, el cardenal Beniamino Stella, prefecto de la Congregación para el Clero, y otros cardenales cercanos al Santo Padre.
El Register ha pedido a la Oficina de Prensa de la Santa Sede, al arzobispo Peña Parra, y a su superior, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, una explicación del cambio y de cómo se produjo, pero aún no ha recibido respuesta.