(RevistaEcclesia/InfoCatólica) En Brasil, la situación de salud se agrava cada día más, y es que la falta de insumos de primera necesidad y de oxígeno para los pacientes con COVID-19 son una sentencia de muerte en muchos de los casos.
Cáritas Brasil ha denunciado la falta voluntad política para responder eficazmente a la pandemia.
El padre Luis Moldino, portavoz de la archidiócesis de Manaos: «La actual situación en Manaos es trágica y sigue empeorando. En los primeros días de febrero, registramos una media de 105 muertes al día a causa de la pandemia, mientras que en enero la media era de unas 70 al día.
La lista de espera para una cama de hospital es muy larga. Los casos menos graves están empezando a ser trasladados a otros estados, pero los pacientes están aterrorizados, ya que se les exige que firmen su consentimiento para que, en caso de muerte, sus cuerpos no sean devueltos a sus familias».
La falta de oxígeno es una condena a muerte para los pacientes que mueren de asfixia por las infecciones pulmonares causadas por el COVID-19.
«Las autoridades estatales y el gobierno de Brasil afirman que sí hay oxígeno, pero no es así y el poco que hay se vende ahora al triple de su precio. Es realmente angustioso ver al personal médico y a los familiares de los pacientes buscando desesperadamente oxígeno, para intentar salvar a sus seres queridos. Mientras, la gente sigue “ahogándose hasta morir”, dice el padre Moldino. En tiempos normales, el consumo medio de oxígeno es de unos 15-17 mil metros cúbicos. La capacidad de producción local es de 28.000 metros cúbicos. Sin embargo, el consumo actual es de unos 75-80 mil metros cúbicos de oxígeno».
Recientemente, Cáritas Brasileira y la región Norte 1, de la Conferencia Episcopal Brasileña han apoyado con campañas de ayuda en material médico y oxígeno para la zona de la Amazonía. Cáritas denuncia que tuvo muchos contratiempos de parte del gobierno local y tuvo que superar muchas dificultades impuestas por las autoridades en esta entrega.
Moldino: «La Iglesia local también está haciendo mucho para distribuir ayuda a las familias más pobres y a los sin techo. En Manaos, muchas personas sobrevivían gracias a la economía informal, vendiendo sus productos en la calle. Y ahora que todo está cerrado, no tienen de qué vivir».
El arzobispo de Manaos, Leonardo Ulrich Steiner, declaró que las políticas negacionistas obtruyen el trabajo de ayuda de la Iglesia.
«Desde el comienzo de la pandemia, ha sido evidente la falta de voluntad política, por parte del gobierno, para responder a esta tragedia. La falta de información ha empeorado mucho la situación. La pandemia es una cuestión política y salvar la vida de la gente tiene poca importancia. Prefieren salvar sus propias políticas e intereses», concluyó el Padre Moldino.
