(InfoCatólica) Debido a la mejora de las cifras de contagio, la Junta de Castilla y León ha levantado y/o aliviado alguna de las restricciones por la pandemia de Covid-19. A partir de hoy se puede viajar de una provincia a otra y las iglesias podrán acoger fieles hasta un tercio de su aforo y no solo 25 fieles independientemente del tamaño del templo
Sin embargo, el vicepresidente del gobierno autonómico castellano-leonés, Francisco Igea (Ciudadanos), tras asegurar que es creyente como el presidente Mañueco (PP), ha asegurado que la medida no se ha relajado por las críticas que ha hecho la Iglesia y, en un claro ejemplo de desprecio y prepotencia hacia los católicos, ha añadido que, de haber podido, la Junta hubiera cerrado las iglesias, algo que no pudo hacer porque decreto del estado de alarma no lo permitía.
Para justificar su actitud totalitaria ha puesto el ejemplo de Irlanda, que cerró templos en lo peor de la pandemia. Y además, se ha permitido dar lecciones de espiritualidad cristiana al sugerir que el cierre de los templos no es tan grave porque «donde dos o tres estén reunidos en mi nombre, ahí estoy yo» y ha desprecado el papel de la Iglesia, asegurando que «para los que creemos en el mensaje evangélico siempre digo que lo importante es el mensaje, no el mensajero».