(InfoCatólica) En el documento que ofrecemos a continuación, Trump destaca su compromiso por defender la libertad religiosa en todo el mundo así como sus acciones para reforzarla en Estados Unidos:
La fe está incorporada en la historia, espíritu y alma de nuestra Nación. En el Día de la Libertad Religiosa celebramos las muchas creencias que conforman nuestro país y conmemoramos el 232 aniversario de la aprobación de una ley estatal que ha moldeado y asegurado nuestro preciado legado de libertad religiosa.
Nuestros antepasados, buscando refugio de la persecución religiosa, creían en la verdad eterna de que la libertad no es un regalo del gobierno, sino un derecho sagrado concedido por Dios Todopoderoso. En las postrimerías de la Revolución Americana, el 16 de enero de 1876 la Asamblea General de Virginia aprobó el Estatuto de Libertad Religiosa de Virginia. Esta ley seminal redactada por Thomas Jefferson establece que «toda persona debe ser libre de profesar, y por supuesto de mantener, su opinión en materia religiosa, y que ello de ninguna forma debería disminuir, incrementar, o afectar sus capacidades civiles». Cinco años más tarde, estos principios sirvieron de inspiración para la Primera Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos, la cual afirma nuestro derecho a escoger y profesar la fe sin coerción ni represalia del gobierno.
Hoy, estadounidenses de diversas procedencias étnicas y religiosas mantienen firme el compromiso a los valores inherentes de la fe, honestidad, integridad y patriotismo. Nuestra Constitución y leyes garantizan a los estadounidenses el derecho no sólo de creer en lo que más apropiado les parezca, sino de libremente profesar su religión. Lamentablemente, no todos han reconocido la importancia de la libertad religiosa, ya sea amenazando con impuestos específicos a formas específicas de expresión religiosa, o forzando a personas a cumplir leyes que violan la esencia de sus creencias religiosas sin suficiente justificación. Estas incursiones, poco a poco, pueden destruir la libertad fundamental en la que subyace nuestra democracia. Por tanto, tan pronto asumí el cargo abordé estos problemas en una Orden Ejecutiva, para asegurar que los estadounidenses puedan seguir su conciencia sin la indebida interferencia del gobierno, y el Departamento de Justicia ha emitido directrices a las agencias federales acerca del cumplimiento de las leyes que protegen la libertad religiosa. Ningún estadounidense –ya sea una monja, enfermera, panadero o dueño de negocio – debería ser forzado a escoger entre los postulados de su fe o la adherencia a la ley.
Estados Unidos es también el defensor primordial de la libertad religiosa en el mundo, pues no creemos que los derechos de conciencia sean sólo para los estadounidenses. Continuaremos condenando y combatiendo el extremismo, el terrorismo y la violencia contra las personas de fe, incluyendo el genocidio desatado por el Estado Islámico de Iraq y Siria contra los Yezidis, cristianos y musulmanes suníes. Estamos determinados en nuestro compromiso de monitorear la persecución religiosa e implementar políticas que promuevan la libertad religiosa. A través de estos esfuerzos aspiramos a que llegue un día cuando las personas de cualquier fe puedan seguir sus corazones y practicar su fe de acuerdo a su conciencia.
El libre ejercicio de la religión es una fuente de estabilidad personal y nacional, y su preservación es esencial para proteger la dignidad humana. La diversidad religiosa fortalece nuestras comunidades y promueve la tolerancia, el respeto, el entendimiento y la igualdad. La fe trae vida y esperanza a nuestro mundo. Debemos diligentemente proteger, preservar y atesorar este derecho inalienable.
AHORA, POR TANTO, yo, Donald Trump, Presidente de los Estados Unidos de América, por la virtud de la autoridad investida en mi por la Constitución y las leyes de los Estados Unidos, por la presente proclamo el 16 de enero de 2018 como Día de la Libertad Religiosa. Hago un llamado a todos los estadounidenses para conmemorar este día con eventos y actividades que nos recuerden nuestro legado común de libertad religiosa y nos enseñe a proteger esta bendición tanto en nuestra nación como en el extranjero.
EN PRUEBA DE CONFORMIDAD, suscribo la presente este día decimosexto de enero, en el año de nuestro Señor dos mil dieciocho, y el doscientos cuarenta y dos de la Independencia de los Estados Unidos de América.
DONALD J. TRUMP