(Elancasti/InfoCatólica) Jorge Mario Bergoglio fue maestro de Literatura en el Colegio de la Inmaculada Concepción, de Santa Fe, entre 1964 y 1965. Fueron algunos ex alumnos de esta institución quienes le escribieron para transmitirle algunas inquietudes. El Papa mantiene con ellos una relación de amistad.
Su relación con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner fue uno de los tópicos abordados. «Dos veces mencionan mi relación (cercanía, amistad) con la Sra. De Kirchner», señaló el Papa. Luego, aclaró que la última vez que tuvo contacto con Cristina Kirchner y Mauricio Macri fue «cuando todavía estaban en funciones». «Después de eso no tuve ningún contacto con ellos», remarcó.
En esa línea, dijo que frases como «soy muy amigo de» o «estoy en contacto habitual con» son «muy de la ‘fachada’ porteña». «No tengo correspondencia con los políticos; solo alguna vez recibo cartas de gente que está en la política, pero muy pocas; y mi respuesta es sin mezclarme en la lucha política de cada día sino más bien pastoral y de buena educación», dijo. Incluso ironizó que nunca tuvo tantos amigos como ahora.
Francisco lamentó que en Argentina no se sepa lo que dice sino «lo que dicen que dice». «Aquí juega mucho el fenómeno del relato (Ej. Me dijo fulano que mengano dijo esto… y así sigue la cadena). Con este método de comunicación, en el que cada uno añade o quita algo, se llega a resultados inverosímiles, como por ejemplo el cuento de Caperucita Roja termina en una mesa en la que Caperucita y la abuela están comiendo un riquísimo puchero hecho con la carne del lobo», ejemplificó.
En otro tramo, Bergoglio respondió a una consulta puntual sobre su vínculo con el dirigente social Juan Grabois. «El Dr. Grabois, desde hace años, es Miembro del Dicasterio de Desarrollo Humano Integral», explicó el Papa. Y continuó: «Respecto a lo que afirman que dice (que es mi amigo, que tiene contacto conmigo, etc.) les pido un favor; que para mí es importante. Necesito copia de las declaraciones en las que afirma eso. Me ayudará mucho recibirlas».
Por otro lado, también dedicó varios párrafos a aclarar su postura sobre dos de los temas más candentes de la actualidad argentina.
En relación al aborto, insistió en que su postura es la misma que siempre sostuvo, al igual que la Iglesia Católica. «Sugiero que se hagan dos preguntas: 1) ¿Es justo eliminar una vida humana para resolver un problema? Y 2) ¿Es justo alquilar un sicario para resolver un problema? Me causa gracia cuando alguien dice; ¿Por qué el Papa no envía a la Argentina su opinión sobre el aborto? Pues la estoy enviando a todo el mundo (incluso a Argentina) desde que soy Papa».
Y en cuanto a sus declaraciones sobre la propiedad privada, dice: «no hago otra cosa que repetir la Doctrina Social de la Iglesia. Es verdad que algunos toman esos dichos para reformarlos o interpretarlos según su punto de vista. San Pablo VI y San Juan Pablo II, al respecto, tienen algunas expresiones todavía más duras».
Antes de despedirse, Bergoglio reveló que se detuvo varias veces en las firmas de la carta y aseguró que recordaba «uno a uno» a todos sus alumnos.