(ACN/InfoCatólica) Mons. Antoine Audo es el obispo católico caldeo de Alepo y ha vivido en primera persona los peores momentos de la guerra de Siria, cuando su ciudad estaba sitiada por las tropas rebeldes y los bombardeos no cesaban día y noche. Ahora que parece que el conflicto ha entrado en su etapa final y las líneas de combate se alejaron de Alepo, la gente sigue necesitando ayuda para sobrevivir. La nueva crisis por el coronavirus es un mal menor, comparado con el bloqueo económico del país que asfixia en la pobreza a la población de Siria. Mons. Audo habla con Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN).
En Europa y en los países occidentales casi nadie habla ya de Siria. ¿Ha terminado realmente la guerra?
No, la guerra no ha terminado todavía, especialmente en Idlib, cerca de Alepo, y en la región de Jazira, al noreste de Siria. La violencia en la parte septentrional afecta a toda Siria y el pueblo sirio está sumido en la miseria.
¿Por qué cree que la comunidad internacional se ha olvidado de Siria?
Las grandes potencias han logrado lo que buscaban, el debilitamiento del estado sirio, la explotación del petróleo por parte de los estadounidenses en la región de Jazira y el establecimiento de los turcos en nuestro país, en Idlib y en la región de Jazira. La economía siria ahora está completamente destruida y el pueblo sirio empobrecido de forma brutal.aldeo de Alepo. (ACN)
¿Está en marcha la reconstrucción, allí donde ha sido posible?
La reconstrucción avanza tímidamente: se nota en tiendas y zocos en el casco antiguo de Alepo, también en algunas viviendas. Pero el grave problema de la falta de electricidad y combustible impide un verdadero arranque de la economía y la reconstrucción.
¿Está la COVID-19 afectando gravemente a la gente? Y si es así, ¿cómo?
La amenaza es continua. Nuestros hospitales carecen de equipamiento, realmente carecemos de los medios de control debido a la pobreza generalizad. Pero podemos decir que, a pesar de todo, la epidemia podría haber sido mucho peor.
ACN ofrece ayuda médica a los cristianos de Alepo. ¿Cuáles son las necesidades y por qué es importante este apoyo?
Esta ayuda, de la que yo soy responsable en nombre de los obispos católicos de Alepo, es muy importante porque permite ayudar con regularidad a los cristianos a someterse a operaciones en los hospitales y estamos muy agradecidos a ACN. El apoyo de ACN cubre hasta el 70 por ciento del coste de las cirugías.
Hemos sabido de familias cristianas que regresan a Siria. ¿De dónde están regresando (de otros lugares de Siria, de Turquía, del Líbano…)?
El retorno depende de las regiones y de la situación económica del país de origen. El actual regreso del Líbano es debido a la crisis económica. En Alepo no tenemos un fenómeno masivo de retorno. Tal vez se de más en el litoral.
¿Cuál es el futuro de la comunidad cristiana en Siria?
Hacemos todo lo posible como responsables de la Iglesia para mantener nuestra presencia, prueba de ello es la reconstrucción de iglesias, viviendas y escuelas en toda Siria y, especialmente, en Alepo, también con la ayuda de la fundación ACN. Nuestro futuro, incluso siendo una minoría, depende de que seamos una Iglesia viva y fiel a la gracia recibida a través del bautismo.