(ACIPrensa/InfoCatólica) Gabriela Romanoski de Andrade es una niña de diez añitos que se encuentra internada en el Hospital Pequeño Príncipe, ubicado en la ciudad de Curitiba, Paraná en Brasil a la espera de un transponte de corazón.
Ella y su familia provienende Ponta Grossa, municipio ubicado en la capital del estado de Paraná.
El pasado 25 de octubre pudo cumplir su sueño de recibir su primera comunión, la celebración fue presidida por el Arzobispo de Curitiba, Mons. José Antonio Peruzzo, quien fue también su padrino. En la misma ocasión recibió además el sacramento de la confirmación.
El personal del hospital preparó una celebración sorpresa para la niña con mucho amor, demostrando que en el hospital no solo se reciben experiencias negativas.
Dice la doctora Camila Camargo: «Cuando la gente piensa en la UCI [Unidad de Cuidados Intensivos], piensa en el peor momento de la vida, que es la muerte. Creo que la UCI no es solo eso».
Señaló que propiciar momentos especiales para los pacientes es parte de la vocación del personal de salud y tienen un impacto positivo en el tratamiento de la enfermedad.
«Podemos brindar, de la mejor manera posible, dentro de lo que podemos ofrecer, la mejor situación para el niño y para los padres. Hacer esto no es más que nuestra propia obligación, que es dar no solo salud, sino también amor».