(GP/InfoCatólica) El ministro del interior galo Gérald Darmanin, ha anunciado que las medidas tomadas por el gobierno en relación a la Iglesia para combatir la pandemia por Covid-19 son iguales a las adoptadas durante el primer confinamiento: los lugares de culto estarán abiertos para la oración individual, pero no habrá servicios religiosos con público. Aún no se han especificado las normas para las bodas y funerales.
Los cementerios estarán abiertos para la fiesta de Todos los Santos, a fin de «honrar a nuestros muertos» según dijo el presidente Macron, y las celebraciones religiosas de ese día se mantendrán como estaba previsto.
No atienden las peticiones de los obispos
El arzobispo de Reims y presidente de la Conferencia Episcopal francesa. Mons. Eric de Moulins-Beaufort, había pedido al gobierno que no se clausurase el culto. También solicitó que no fuera suspendida la labor de las capellanías, especialmente las de las prisiones, hogares de ancianos y hospitales.
Ante esta nueva restricción Mons. Dominique Rey, obispo de Fréjus-Toulon, ha asegurado vía twitter:
«La libertad de culto no es negociable. Si comercios y escuelas permanecen abiertas, los católicos deben tener el derecho de asistir a misa»
Efectivamente, supermercados, panaderías, carnicerías, centros comerciales, tiendas, estancos, y otros negocios podrán abrir en este período.
La liberté de culte n’est pas négociable. Si commerces et écoles restent ouverts, les catholiques doivent avoir le droit d’assister à la messe. #confinement
— Mgr Dominique Rey (@MgrDominiqueRey) October 29, 2020