(Asia News) La agenda incluye la elección de tres nuevos obispos, además de cuestiones pastorales y nacionales. El trabajo del Sínodo estuvo precedido por un retiro espiritual de seis días.
Las sedes episcopales vacantes a cubrir son las de Kornet Chehwan, por el fallecimiento de Mons. Camille Zeïdan, y las de Trípoli y Tiro, porque sus respectivos prelados alcanzaron el límite de edad. Siguiendo la tradición, los obispos juraron respetar el secreto de las deliberaciones que conducirán a su elección, antes y después de la votación. Para ello, repitieron la fórmula del juramento después del Patriarca, que pronunció frase por frase.
Las decisiones del Sínodo se darán a conocer en una declaración final al término del encuentro. Al mismo tiempo, el Santo Sínodo examinará temas de carácter litúrgico, además de la cuestión central de la formación de los seminaristas. A esto se añadirán algunos aspectos relativos a la pastoral social en la Iglesia Maronita. En este contexto, el Patriarca Maronita se ha comprometido a adoptar un plan global complementario al que ya existe en las instituciones maronitas que trabajan en este ámbito desde hace tiempo, con una especial referencia a Cáritas Líbano.
Por último, el Sínodo examinará algunas cuestiones nacionales, comenzando por la designación de Saad Hariri como primer ministro en funciones, en un contexto histórico en el que todas las partes están de acuerdo en que debe formarse un nuevo gobierno lo antes posible. «El Líbano - dijo el Patriarca al inaugurar el encuentro - necesita un Ejecutivo independiente, una de cuyas tareas es reconstruir la autoridad a través de un proceso constitucional, democrático y pacífico». Según el Card. Raï, «es hora de poner en práctica lo que la Constitución establece a este respecto y consolar a una población inmersa en el miedo al mañana, en la necesidad y la desconfianza».
«Este gobierno - prosigue el purpurado - debe ser distinto de todos los que lo precedieron, para luchar contra la pandemia del coronavirus [...] y hacer frente a la crisis financiera y bancaria, a la falta de electricidad, el despilfarro de los fondos públicos, al aumento de la corrupción y a la independencia del poder judicial». Por último, el nuevo ejecutivo también tiene la tarea de »reconfigurar las instituciones, en conformidad con las mismas instituciones. Lo más probable es que el Patriarca haya aludido a la necesidad de convocar a nuevas elecciones legislativas.