(BBC) El informe dice que el hecho de que la iglesia anglicana no respondiera de manera consistente a las víctimas de abusos agravó el trauma que sufrieron. De hecho, añade que los presuntos autores de los delitos a menudo recibían más apoyo que las víctimas.
La comunión anglicana ha asegurado que siente «vergüenza» por las hechos detallados en el «impactante» informe.
La Iglesia «protegió su reputación
El informe, que es el último de una serie de publicaciones del IICSA, dice que 390 miembros del clero y otros líderes eclesiásticos fueron condenados por abuso entre los años 40 y 2018.
La Iglesia defendió a los presuntos autores en lugar de proteger a los niños y jóvenes de sus depredadores sexuales. Se cita el ejemplo del difunto decano de la catedral, Robert Waddington, sobre el que se hicieron graves acusaciones en 1999. El entonces arzobispo de York dijo que «simplemente no había posibilidad» de que las acusaciones fueran ciertas
También se explica el caso del Reverendo Ian Hughes, de Merseyside, que fue condenado en 2014 por descargar 8.000 imágenes indecentes de niños. Su ofensa fue minimizada por un colega de alto rango.
El informe también encontró ejemplos de clérigos que fueron ordenados a pesar de tener antecedentes de delitos sexuales con niños.
La investigación revela que los responsables de la comunión anglicana no tomaban en serio las acusaciones y descuidaban el «bienestar físico, emocional y espiritual de los niños y jóvenes en favor de la protección de su reputación, lo que entraba en conflicto directo con su misión de amor y cuidado de los inocentes y los vulnerables».
En 2018 se comunicaron a las diócesis de Inglaterra 2.504 posibles casos de abusos El informe del IICSA se basa en las audiencias públicas de la investigación celebradas en julio de 2019.
El director de la investigación, el profesor Alexis Jay, explica:
«Durante muchas décadas, la Iglesia de Inglaterra no protegió a los niños y jóvenes de los abusadores sexuales, facilitando en cambio una cultura en la que los perpetradores podían esconderse y las víctimas se enfrentaban a barreras contra la denuncia que muchos no podían superar.
Dentro de la Iglesia en Gales, simplemente no había suficientes oficiales de salvaguarda (ndr: supervisores de casos de abusos) para llevar a cabo el volumen de trabajo que se les exigía. Se descubrió que el mantenimiento de registros era casi inexistente y de poca utilidad para tratar de comprender cómo se actuó en el pasado».
El informe reconoce que ha habido «una serie de mejoras importantes» en las prácticas de protección de los niños en la Iglesia de Inglaterra en los últimos años, pero el profesor Jay añadió que es «vital» que la Iglesia siga mejorando la forma en que responde a las denuncias de abuso sexual infantil.
Una víctima de abuso, que dice haber sido violada por un clérigo en Londres hace más de 40 años, dijo a la BBC que se necesitaría «coraje» de la Iglesia y sus líderes para «salvarse y redimirse». Añadió que había hecho más de 20 intentos de contactar a miembros de alto rango de la Iglesia después de su decisión de informar de los abusos, pero casi nunca recibió respuesta alguna. La Iglesia finalmente aceptó que era culpable por no atenderle y llegó a un acuerdo financiero con él. Finalmente aseguró que muchos sobrevivientes todavía sentían una «tremenda sensación de ira y falta de confianza» en la Iglesia.
La víctima, cuyo abusador ya murió, dijo que creía que el reverendo Dr. Jonathan Gibbs, recién nombrado obispo responsable de la protección de víctimas de abusos, está dispuesto a marcar la diferencia, pero «tiene que haber un verdadero cambio» en la cultura de la Iglesia:
«Una vez que los sobrevivientes vean que la ayuda y el apoyo real comienza a llegarles de una Iglesia que ha hablado de apoyo por mucho tiempo pero no lo ha entregado... podría haber un punto de inflexión».