(AsiaNews/InfoCatólica) Tras meses sin misas «con pueblo», iglesias cerradas y vida comunitaria reducida al mínimo para contener la propagación de la pandemia de Covid-19, los católicos de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) festejan la celebración de cientos de confirmaciones y primeras comuniones. El 4 de septiembre, 80 niños recibieron la Comunión por primera vez en una ceremonia que se llevó a cabo en la catedral de San José, en Abu Dhabi. En agosto, 248 jóvenes habían sido confirmados por su obispo en cuatro momentos diferentes.
Ceremonias sencillas, asistencia reducida y un rígido protocolo sanitario no disminuyeron el clima de celebración y alegría de toda la comunidad, en este año marcado por la emergencia del coronavirus. Incertidumbres, miedos y ansiedad por el futuro y por la salud de los seres queridos dieron paso a la felicidad de toda una comunidad que ha estrechado filas - de manera ideal, aunque no física - en torno a sus fieles más jóvenes.
Durante meses, las iglesias se mantuvieron cerradas y no se podía participar de la Sana Misa, teniéndose que contentarse con "verla en internet", pero el gobierno de Emiratos Árabes empieza a suavizar las primeras medidas restrictivas y autorizó en las últimas semanas la celebración de los sacramentos. Se tomó entonces la decisión de comenzar con la confirmación de casi 250 jóvenes de la comunidad de Abu Dhabi. Las misas se llevaron a cabo con absoluto respeto de las medidas de seguridad y no se registraron infecciones ni casos de contagio. La Iglesia local prepara ahora la Primera Comunión de 341 niños, en el contexto de una serie de ceremonias programadas hasta principios de octubre.
El vicario apostólico Monseñor Paul Hinder, el padre Johnson, párroco de la catedral y la hermana Shelja Poopady, de las carmelitas de Santa Teresa, son los principales responsables de la organización de las celebraciones. «Cuando supimos que podíamos celebrar confirmaciones y primeras comuniones experimenté una de las mayores alegrías de mi vida», cuenta la religiosa, quien dedica gran parte de su misión pastoral a la formación de los niños. «No fue una tarea fácil preparar todo, en este tiempo de confinamiento y pandemia», sigue diciendo la hermana Shelija, pero «le agradezco al Señor por habernos concedido la posibilidad de hacerlo».
Debido a las medidas de distanciamiento aún vigentes, las misas de confirmación se llevaron a cabo durante dos semanas seguidas los jueves y sábados de agosto, con 248 jóvenes subdivididos en cuatro grupos diferentes. Solo los padres pudieron asistir a la ceremonia y el consejo parroquial eligió dos padrinos para cada uno. En este contexto tan difícil, la hermana Shelja agradeció a los padres y familiares: «Los admiro porque confiaron sus hijos a la Iglesia, sabiendo que los cuidaríamos».