(Aci/InfoCatólica) Sin embargo, indicó que debido a lo prolongado de la guerra, existen generaciones que han nacido en los campos de refugiados y no conocen otro estilo de vida. En el caso de los niños muchos presentan problemas de conducta y no saben lo que significa el esfuerzo y el respeto al prójimo.
Asimismo, según informó ACN-News, en el caso de los adultos han olvidado cómo ganarse el sustento diario "y toda una generación ha crecido sin saber lo que es una vida normal". En ese sentido es importante el aporte de los mayores, que han conservado los valores tradicionales y pueden transmitírselos a los jóvenes.
Ante estos nuevos desafíos, Mons. Alule indicó que los evangelizadores están recibiendo una formación especial, pues un gran número de personas han quedado traumadas de ver cómo violaban a sus hermanas, madres y otras mujeres, o secuestraban a niños y asesinaban a gente.
Asimismo, informó que en el seminario mayor estudian jóvenes de todo el país y que debido a la violencia ninguno de ellos ha salido indemne. Sin embargo, pese a los traumas, son ellos quienes se muestran comprensivos en la pastoral con los desplazados. Muchos de los seminaristas nacieron en campos de refugiados y algunos incluso fueron víctimas de secuestros.
Con todo, indicó que el número de vocaciones sigue aumentando y por ello el principal problema es la falta de espacio. Informó que en el último año académico eran 163 seminaristas y en el próximo serán 206.
Monseñor Alule afirmó que la Iglesia es "la única institución en Uganda que aún goza de confianza entre la población" porque permaneció al lado de quienes sufrían en los momentos más difíciles. "El hecho de que la Iglesia compartiera alegrías y penas con la gente fue un signo importante para el futuro", expresó.