(Aica) El patriarca de Antioquía y de todo el Oriente, presidente de la Asamblea de patriarcas católicos y obispos del Líbano, expresó que «Beirut es una ciudad devastada, es una catástrofe. Beirut, la novia de Oriente y el faro de Occidente, está herida».
El cardenal Rai habla de «una escena de guerra sin guerra. Destrucción y desolación en todas sus calles, barrios y casas. Decenas de ciudadanos perdieron la vida; miles están heridos; se destruyeron hospitales, iglesias, casas, instituciones, hoteles, tiendas, edificios públicos y privados. Cientos de familias quedaron sin hogar».
«Y todo esto está sucediendo, añade el cardenal Rai, con «el estado que se encuentra en una situación de bancarrota económica y financiera que lo hace incapaz de enfrentar esta catástrofe humana y urbana. Además, el pueblo libanés vive en un estado de pobreza y miseria».
Incluso la Iglesia, destaca en su mensaje, a pesar de haber creado «una red de rescate» en todo el territorio libanés, «hoy se enfrenta a un nuevo gran compromiso que no puede asumir por sí sola, a pesar de ser totalmente solidaria con los afligidos, las familias de las víctimas, los heridos y los desplazados, que está dispuesto a acoger en sus estructuras».
El patriarca maronita agradece «a todos los Estados que han expresado su voluntad de ayudar a Beirut» y se dirige a «los otros países hermanos y amigos, los grandes Estados, así como a las Naciones Unidas» a movilizarse «para proporcionar la ayuda inmediata necesaria para salvar la ciudad de Beirut».
«Una ayuda, aclara el purpurado, que no debe tener en cuenta ninguna consideración política, porque lo que pasó va más allá de la política y los conflictos».
El cardenal también exhortó a las agencias y organizaciones benéficas de los distintos países «a ayudar a las familias libanesas, y a Beirut en particular, para que puedan curar sus heridas y reconstruir sus hogares».
«En los últimos años, continúa el patriarca, el Líbano sufrió catástrofes políticas, económicas, financieras y de seguridad. Se necesita ayuda para levantarnos. El Líbano, que donó el alfabeto al mundo, merece el apoyo de sus hermanos y amigos para reconstruir su capital».
La propuesta del cardenal Rai es crear un «fondo controlado por las Naciones Unidas» para gestionar la ayuda. Hago un llamado a todos ustedes, Estados del mundo, porque sé que aman al Líbano y que responderán a esta llamada. Sé cuánto quieren que el Líbano recupere su papel histórico al servicio de la humanidad», concluyó el patriarca.
Últimos datos
La cifra de víctimas de la tragedia no para de aumentar. En la tarde de este miércoles se han contabilizado ya 135 muertos pero hay más de cien desaparecidos.
Los heridos superan los cinco mil y alrededor de trescientas mil personas se han quedado sin hogar.