(EpochTimes/InfoCatólica) East Mountain está situado entre las autopistas estadounidenses 271 y 259, al norte de Longview, y no hay clínicas de aborto ni siquiera en las poblaciones cercanas. No obstante, la comunidad se une ahora a una lista creciente de ciudades y pueblos de Texas que han prohibido, siquiera sea de forma simbólica, el aborto,
Waskom, una pequeña ciudad del este del estado sureño, con una población de unos 2000 habitantes, fue la primera localidad en los Estados Unidos en hacer tal declaración.
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La base de la ordenanza municial en Waskon afirmaba que la sentencia Roe contra Wade y otras leyes que permiten el aborto «son usurpaciones inconstitucionales del poder judicial, que violan tanto la Décima Enmienda como la Cláusula de Garantía Federal, y son nulas y sin efecto en la ciudad de Waskom».
La Décima Enmienda cita que los poderes no otorgados al gobierno federal, y no retenidos a los estados, se dejan en manos de los estados o del pueblo en general, y esto implica que no se puede imponer legalmente la aprobación del aborto a ningún estado o población del país norteamericano.
Otras ciudades que han aprobado leyes municipales similares son Waskom, Naples, Joaquin, Tenaha, Gilmer, Westbrook, Rusk, Colorado City, Gary, Big Spring, Wells, y Whiteface. Otra ciudad, Omaha, aprobó una ley parecida pero ante una demanda de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU por sus siglas en inglés) decidió dar marcha atrás
En febrero de 2020, la ACLU demandó a varias de estas poblaciones, afirmando que «estas ordenanzas son inconstitucionales. El aborto es legal en todos los estados y ciudades del país, y las ciudades no pueden castigar a las organizaciones proaborto por llevar a cabo su importante trabajo, especialmente cuando lo hacen de una manera que viola sus derechos de la Primera Enmienda». Sin embargo, tras el inicio de la pandemia, las demandas fueron retiradas.
Mark Lee Dickson, un pastor protestante del este de Texas y activista de Right to Life, considera la retirada de las demandas como «una victoria total y completa para las ciudades que han promulgado estas ordenanzas». Denunció las demandas como «nada más que un truco publicitario para disuadir a otras ciudades para que no creen santuarios para los no nacidos».