(ACI Prensa/InfoCatólica) El Presbítero Andrés López Ruíz, perteneciente a la parroquia Sagrada Familia en Ciudad de México, a principios del mes de abril, comenzó con su iniciativa el «Rosario de la Esperanza», para orar por todos los médicos que atienden a pacientes agonizantes por Covid-19 y por todos esos enfermos que se encuentran en situación de gravedad, sedados o intubados.
Él explica que «las oraciones de los fieles dan protección a estas personas y a todo el personal de salud que los cuida. Ante esta situación no podemos permanecer indiferentes. Cada moribundo es un alma que está al fin de la carrera en medio de la lucha y que necesita nuestra oración, cada médico, enfermero, enfermera, cada trabajador que no se ha bajado del barco, es un hermano que sufre un desgaste terrible y es asediado por el temor a morir en el servicio a los enfermos».
Telemundo lo entrevistó y el sacerdote dio su testimonio de haber contraído el coronavirus, en el mes de mayo estuvo 33 días enfermo, y ahora forma parte del grupo de personas que ha podido superar la enfermedad y a quien le acompañó esta oración.
Nos cuenta «lo empezamos desde abril, desde el 4 de abril y yo nunca pensé que después también iba a recibir fortaleza de algo que había hecho por los enfermos».
El presbítero Andrés López, entre otros sacerdotes asiste al Hospital general de México Dr. Eduardo Liceaga para llevar los sacramentos a todos los pacientes y en especial a los que se encuentran en las áreas dedicadas especialmente a atender a alos enfermos de Covid-19, siendo ese el lugar donde contrajo el virus.
«Estuve en comunión, en solidaridad con todos los enfermos del mundo, diez millones y medio por lo menos, que han sufrido este padecimiento».
También agradeció el apoyo y sus oraciones al actor Eduardo Verástegui, explicó a Telemundo que el actor lo acompañó en su enfermedad y siempre oró por él. Dijo: «Me ha mandado mensajes, me ha hablado por teléfono, desde antes que me enfermara, cuando empezaba la capellanía, y siempre preguntando cómo estás padre, como va todo, vamos a rezar por ti, no te preocupes.
Doy gracias a los médicos que me atendieron, que me cuidaron en esta situación difícil, y cuando Dios me diga ‘ya padre, ya puede volver’, entonces yo volveré».
Con este deseo por ayudar a los necesitados, este sacerdote nos da ejemplo que de lo que significa servir a los demás.
Y culminó su entrevista con estas palabras « de la mano de la Virgen, pues voy a seguir hasta donde Dios me lo permita»