(La Razón/InfoCatólica) La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, confirmaba el pasado jueves en el Pleno de la Asamblea que el 93,97% de las familias madrileñas han obtenido plaza en el colegio que habían solicitado como primera opción para escolarizar a sus hijos de tres años el próximo curso 2020/21, en lo que representa el mejor porcentaje registrado en la región en toda la serie histórica. «Este año tenemos la cifra récord de familias que han obtenido plaza en su primera opción. La Comunidad de Madrid ha alcanzado esa cifra récord de libertad», dijo Ayuso, quien también hizo hincapié en que «la Comunidad va a estar siempre al lado de la educación concertada y Madrid siempre va a defender la libertad sobre la que se fundamenta la mejora del sistema educativo».
Y es que, según los datos referidos al curso escolar recién terminado, en 14 de los 21 distritos, las familias optaron de manera mayoritaria por matricular a sus hijos en colegios concertados, siendo igualmente superior en algunos de los distritos con renta per cápita más baja de Madrid. Esto pone de relieve que la educación concertada cuenta con un gran respaldo en la Comunidad de Madrid, especialmente en su principal núcleo de población, la capital. De hecho, de los 347.435 alumnos que han cursado estudios en centros sostenidos de la ciudad con fondos públicos durante el curso 2019/2020, 204.145, es decir, el 58,75%, lo han hecho en centros concertados, mientras que los restantes 143.290 (41,25%), en centros públicos.
Así, la educación concertada es la opción mayoritariamente elegida en distritos como Carabanchel, Latina, Moratalaz, Usera o Puente Vallecas que, según el Atlas de Distribución de Renta de los Hogares –elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y que tiene en cuenta los indicadores de renta media y su distribución por municipios– son los que se encuentran entre los de menor poder adquisitivo, lo que rompería con la tendencia a identificar que la concertada segrega por motivos socioeconómicos.
Algunos de estos distritos más desfavorecidos que cuentan con más alumnos de educación concertada que de pública son Carabanchel, en el que un 59,77 por ciento de los casos elige la primera frente al 40,22% que se decanta por la pública; Latina, con cifras del 60,12% frente al 39,87%; Moratalaz, un 52,08% frente a 47,92%; Puente de Vallecas, que presenta un 55,87% frente a un 44,13% y Usera donde el 56,36% va a centros concertados y el 43,64% a centros públicos. Además, estos distritos están entre los cinco con mayor número de alumnos entre escuela pública y concertada: Puente de Vallecas con 27.032, Carabanchel contaba con 26.749 y Latina con 25.570.
La educación concertada, perseguida por el gobierno social-comunista
El consejero de Educación, Enrique Ossorio, volvió a defender ayer la continuidad de la concertada ante la exclusión de las ayudas de 2.000 millones de euros a repartir entre las comunidades autónomas, propuesta en la Comisión de Reconstrucción Económica y Social tras la Covid-19 del Congreso. Ossorio indicó, en declaraciones a la cadena Cope, que en la Comunidad de Madrid el dinero lo van a repartir «lo que sea necesario para la pública y la concertada» y señaló que dicho documento no tiene valor normativo para las autonomías. «Me parece terrible y lamentable usar ese documento como una fobia antigua de la izquierda a la educación concertada», apuntó el consejero. Igualmente, consideró que la llamada Ley Celaá «evidentemente es un ataque» a la concertada «que no va a servir para nada porque en Madrid no vamos a atender ese cambio de la ley. Nosotros vamos a atender a la demanda de los padres. Si quieren más pública, habrá más pública y si quieren más concertada, habrá más concertada».
Además, el consejero apuntó a que esta reforma parte de las «comunidades gobernadas por el PSOE y Podemos que en los últimos años han intentando recortar los conciertos, pero no han podido por las sentencias en contra de los tribunales, algo que ahora podrán hacer.Y, sobre la asignatura de Religión, el consejero afirmó que la Ley Celaá pretende que se vuelva «subsidaria, que carezca de importancia, que no sea evaluada, que su nota no puntúe y convertirla en una asignatura de segunda».
Libertad de elección entre Ética y Religión
Por este motivo Ossorio añadió que en Madrid se respeta la voluntad de los padres de elegir entre Ética y Religión: «Al margen de lo que cada uno crea, la educación cristiana es tan buena para la sociedad como la asignatura de Ética y me parece una pena convertirla en una asignatura de segunda. Ahora es voluntaria, pues déjalo así, no sigas penalizándolo todavía más. Es un tema ideológico».
Si ahora preocupa algo a los padres es cómo será el regreso a las aulas tras el verano. «Si la situación sanitaria actual de Madrid persistiera en septiembre será una vuelta prácticamente normal», afirmó Ossorio.
No obstante, aparte de articular todas las medidas de seguridad e higiene, adelantó que en el caso de que hubiera que regresar al confinamiento «toda la educación tendría que ser a distancia», para lo que quiere implantar el currículum online y un módulo de exámenes a distancia para que los centros tengan esas herramientas en caso de nuevo confinamiento. «Desde marzo hemos aprendido bastante. Vamos a invertir en tecnología para que el sistema a distancia funcione mejor. Esperamos que no ocurra, pero como administración tenemos que estar preparados».
¿Y las distancias en el próximo curso?
Para Educación Infantil y Primaria, aseguró el consejero, será una situación «de bastante normalidad» y en Secundaria y Bachillerato «donde se pueda guardar el metro y medio será normal todo, y donde no se pueda, habrá que llevar mascarilla». Además la Consejería ha previsto otro escenario donde las medidas higiénico-sanitarias se amplían. En Primaria se aumentaría la distancia entre alumnos y en Secundaria «entre un tercio y un medio de la educación sería presencial y el otro a distancia».