(Fides/InfoCatólica) Mons. Montemayor cree que hace falta buscar el consenso para evitar que se impongan los extremos:
«Para obtener la reconciliación hay que tener la intención, y yo creo que buena parte de Colombia quiere, sobre todo, en las regiones más golpeadas por la guerra. Pero no se puede alcanzar de la noche a la mañana. Hay que tener mucha experiencia, mucha perseverancia, porque hay altibajos y otras voluntades para encauzar y atraer. Siempre habrá opositores y convencerlos supone una tarea muy paciente. También debe haber condiciones materiales. El Estado debe estar presente en todas las regiones, proteger a todos sus habitantes y evitar que los grupos ilegales impongan su ley con las armas.
En cuanto a la polarización, a mí no me preocupa tanto, porque vivimos en una época en la que esta se encuentra en todas las sociedades. Es una nota de la época y es una lástima porque sirve para llegar al poder, pero no para gobernar, porque es muy difícil dirigir a un país si tiene a la mitad de sus ciudadanos en contra. Entonces, la tarea que tienen los políticos es formar consensos sobre cosas prácticas, sobre el bien común»
El prelado advierte que la oposición al proceso de paz no viene solo de grupos políticos:
«No son solo los políticos los que ponen el palo en la rueda, hay otros grupos que no quieren la paz porque se les acaba el negocio. Me refiero a los que están detrás de las economías ilegales. Volviendo a estos políticos, yo diría que hay que aprender a superar los rencores históricos. La historia tiene un peso en cada uno de nosotros y en la vida social, no hay que negarlo, pero tampoco podemos ser esclavos de ella, de repetir los mismos errores y enfrentamientos. Tenemos que poner el bien común por encima de todo porque, como dice el santo padre, estamos en la misma barca. No todos sufrimos igual, pero todos estamos en la misma barca, y al final, si la barca se hunde, nos perjudicamos todos. Aprendamos a que las diferencias políticas no impidan un trabajo común para el bien de todos y sobre todo para quienes más lo necesitan, y que no pueden ser sacrificados en el altar de una ventaja política, sean de derecha o de izquierda»
El Nuncio en Colombia habla del papel de la Iglesia:
«La Iglesia también ha estado presente en los acercamientos con los Gaitanistas o el Clan del Golfo. Con ellos hubo un camino de sometimiento a la ley que no funcionó, pero que puede ser mejorado y retomado. Con las disidencias es muy difícil el trabajo porque son narcotraficantes netos. Ahí es una cuestión de orden público; en todo caso estará el sometimiento, pero eso no nos corresponde como Santa Sede porque es una función de seguridad pública. Pero esta respuesta demuestra que el conflicto colombiano no es sencillo, los actores son muchos y diversos. El factor común es la ausencia del Estado en muchas regiones y la falta de control territorial. Problema que no podemos seguir ignorando. Hay que llevar el Estado, que no son solo las Fuerzas Armadas, a esas zonas. Hay que mostrarle a la población que hay voluntad política de hacerlo, pero eso no se puede hacer de la noche a la mañana»