(Aica/InfoCatólica) El Patriarca ruso recuerda que la historia del cristianismo en Rusia está directamente relacionada con este templo. Fue bajo la influencia de las historias de sus emisarios sobre su belleza que el príncipe Vladimiro decidió bautizar a la Rus de Kiev. Por lo tanto, para cada ortodoxo ruso sigue siendo un gran santuario cristiano. Durante siglos también fue la principal fuente de inspiración en la configuración de la espiritualidad rusa.
«Espero lo razonable del gobierno del estado turco», escribió el primado de la Iglesia Ortodoxa Rusa (RKP) en su declaración. Kirill asegura que «mantener el estado actual y neutral de Santa Sofía, una de las mayores obras maestras de la cultura cristiana, el templo que es un símbolo para millones de cristianos en todo el mundo, contribuirá a un mayor desarrollo de las relaciones entre los pueblos de Rusia y Turquía y al fortalecimiento de la paz y la reconciliación entre las religiones».
Aunque reconce que las relaciones entre la Iglesia ortodoxa rusa y el patriarcado de Constantinopla han sido a veces muy difíciles, «cada intento de humillar o pisotear la herencia milenaria de la Iglesia de Constantinopla, el pueblo ruso, tanto pasado como presente, lo recibió y recibe con amargura e insatisfacción».
Según Kirill, la amenaza a Santa Sofía es una amenaza a toda la civilización cristiana y, por lo tanto, «a nuestra espiritualidad e historia». Y advierte que el deber de cada estado civilizado es mantener el equilibrio y mitigar las contradicciones en la sociedad, y no agudizarlas, promover la unidad de las personas y no dividirlas.